|| Rodolfo Gamarra
**Un majestuoso nacimiento fue elaborado por el propio obispo de la ciudad junto al padre de la zona, para representar La vida de Jesús***
La Diócesis de Maracay tiene una representación que va más allá de la tradicional escena del pese-bre. Este año se ha distinguido como la representación artística más espectacular, titulada “Vía Christi”, porque abarca no solo el nacimiento, sino también momentos claves en la vida de Jesús, hasta su resurrección.
El padre Pedro Pablo, junto a monseñor Enrique Parravano, obispo de la ciudad, dieron vida a un nacimiento, en el que cada elemento está diseñado de manera meticulosa para representar momentos emblemáticos en la vida de El Salvador.
UNA REPRESENTACIÓN DETALLADA
El padre Pedro Pablo destacó que la instalación comienza su narrativa desde la Anunciación, en la que el ángel Gabriel le revela a la virgen María que está destinada a ser la madre de Jesús.
Entre las escenas destaca la virgen María en gestación —la llamada Virgen de la Lucifera— y el emotivo encuentro con su prima Isabel.
La atención al detalle en estas escenas subraya la profunda conexión entre los personajes y su rol en la historia sagrada.
Uno de los puntos más originales exhibidos es la virgen María amamantando al Niño Jesús, una imagen poco común, pero poderosa que invita a la reflexión.
“Es la primera vez que veo una representación así”, comentó un visitante asombrado, quien desta-có lo excepcional del nacimiento.
Otra escena que capta la atención es la de San José sosteniendo a su hijo, mientras María descansa, lo que transmite el amor paternal y la serenidad de la familia sagrada.
El recorrido por “Vía Christi” ofrece también pasajes narrativos como la huida a Egipto, que simboliza la protección divina, así como partes del ministerio de Jesús, entre ellas su bautizo por Juan y milagros en el que destaca caminar sobre las aguas.
Cada rincón del nacimiento narra un capítulo esencial de la vida del Mesías.
La representación culmina con la última cena y su crucifixión, actos que son centrales en la fe cristiana.
Además, en un homenaje especial, el nacimiento incorpora una figura de San Francisco, quien creó el primer pesebre, lo que recuerda así su legado en la tradición navideña.
“Es evidente que este Vía Christi o Camino de Cristo, no solo busca embellecer la temporada, sino educar y conectar a los fieles con las enseñanzas y sacrificios de Jesús”, destacó el padre Pedro Pablo.
El representante del.obispado invitó a todos los fieles para que visiten este especial pesebre navi-deño, que sirve como una vía original de evangelizar a jóvenes y adultos.
Destacó que se pretende mantener la representación hasta más allá de febrero para que todos lo puedan visitar, en horario de la mañana, en las instalaciones del Obispado en la urbanización Can-tarrana, al norte de Maracay.
LOS ORÍGENES
El pesebre en Venezuela tiene sus raíces en el proceso de colonización y catequización, que busca afianzar la fe cristiana en el nuevo continente. La tradición del pesebre se originó en el siglo XII, cuando San Francisco de Asís realizó una representación del nacimiento de Jesús en Italia.
Esta costumbre se propagó y con el pasar del tiempo se originaron variantes según la creatividad, recursos y características de la gente de cada región.
La Iglesia promovió la realización de estas representaciones, tanto en templos como en los hogares y lugares públicos, para fomentar la devoción.
El testimonio más antiguo de la presencia de pesebres en Venezuela data de 1832, en los Andes y se refiere a la costumbre de utilizar plantas aromáticas para su ornamentación.
Por lo general, el pesebre se instala, en un lugar principal de la casa, como una manifestación de fe para los visitantes.
La estructura suele estar hecha de cartón, cubierta de tela o papel que simula relieves terrestres.
El arreglo es producto de la creatividad familiar que incluye casitas, árboles, personajes secundarios, animales, caminos y fuentes de agua.
Una tradición en torno al pesebre o nacimiento, es conservar figuras antiguas, que son reliquias familiares que se pasan de una generación a otra. Algunas son hechas de manera artesanal y cada año son retocadas para su conservación.
También es tradición sembrar granos de maíz o cebada y usar las plantas nacidas como ornamento.
Las figuras principales, la Virgen María, San José y los Reyes Magos, se colocan en un lugar destacado y la del Niño Jesús se mantiene ocultas hasta la madrugada del 25 de diciembre, lo que simboliza el nacimiento del Niño Dios.
Foto: Rodolfo Gamarra/Cortesía
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