Un avión Embraer 190 de Azerbaijan Airlines, que realizaba un vuelo desde Bakú, Azerbaiyán, hacia Grozni, Rusia, se estrelló el miércoles cerca de la ciudad de Aktau, Kazajistán, tras no poder completar su trayectoria. Este incidente ha suscitado controversia, ya que el jefe del Centro de Lucha contra la Desinformación del Consejo de Seguridad Nacional y Defensa de Ucrania, Andri Kovalenko, ha afirmado que el avión fue derribado por un sistema de defensa aérea ruso, según reporta DW.
Según Kovalenko, la explosión de un misil de defensa aérea deterioró gravemente el avión al dañar sus sistemas y provocar agujeros en el fuselaje, que serían consecuencia de metralla y no, como señalaron inicialmente algunas fuentes rusas, de impactos de aves. “El avión fue dañado por los rusos y enviado a Kazajistán, en lugar de realizar un aterrizaje de emergencia en Grozni y salvar vidas”, destacó Kovalenko en un mensaje publicado en Telegram.
El contexto del incidente se agrava por la presencia de ataques con drones ucranianos en Grozni en el momento del suceso. Kovalenko indicó que Rusia debió cerrar el espacio aéreo sobre Grozni para evitar riesgos, algo que no ocurrió. El secretario del Consejo de Seguridad de Chechenia, Jamzat Kadirov, informó que la ciudad fue atacada la misma mañana del accidente y afirmó que “todo lo que volaba fue derribado”.
Por su parte, el portavoz de la presidencia rusa, Dmitri Peskov, ha exhortado a no especular antes de que se completen las investigaciones, señalando que “sería un error formular hipótesis” en este momento y enfatizó la necesidad de esperar los resultados oficiales.
El accidente dejó un saldo de 38 muertos entre las 67 personas a bordo, lo que ha elevado aún más la gravedad de la situación. Diversos analistas y blogueros militares pro-rusos sugieren que el derrocamiento del avión por las defensas aéreas rusas es una posibilidad a considerar.
Este trágico evento está siendo examinado en el contexto de las tensiones actuales entre Rusia y Ucrania, y las declaraciones de las autoridades ucranianas apuntan a una necesidad de mayor transparencia y responsabilidad respecto a las acciones que llevaron a la caída del avión. La investigación en marcha buscará esclarecer las causas y la responsabilidad del incidente.