El Gobierno del Reino Unido admitió este viernes que el desabastecimiento en las gasolineras causado por la falta de transportistas y un incremento excepcional de la demanda «podría durar otra semana o algo así», si bien insiste en que la situación «se está estabilizando».
En declaraciones a la BBC, el secretario de Estado Kit Malthouse reconoció que «aún hay una fuerte demanda de combustible en algunas partes del país, aunque no hay un problema de suministro» en las terminales petroleras, sino que el motivo de la crisis es un problema de distribución.
El Ejecutivo del primer ministro, Boris Johnson, espera que la situación se estabilice «a medida que se equilibran la oferta y la demanda», después de días en que los conductores hacen largas filas en las estaciones de servicio ante el temor a quedarse sin combustible -lo que ha exacerbado la carestía-.
«Si las cosas se deteriorasen más, obviamente el primer ministro y el ministro de Energía, de quien esto depende, tendrán que revisar la situación», afirmó Malthouse.
El Gobierno dijo que 150 conductores del Ejército ayudarán en las labores de distribución, al tiempo que también se han movilizado camiones cisterna propiedad del Estado.
Con información de UR