Un estremecedor informe de Unicef, publicado con motivo del Día Internacional de la Mujer este 8 de marzo, revela que unas 650 millones de niñas y mujeres vivas hoy en día han sufrido violencia sexual durante su infancia en las últimas tres décadas. De ellas, 370 millones fueron víctimas de violaciones o agresiones sexuales en esa etapa vulnerable, una cifra que contrasta con los 40 millones de hombres que reportan experiencias similares.
El flagelo no se detiene ahí. La violencia también acecha en las relaciones de pareja: casi una de cada cinco adolescentes (15-19 años) ha sido agredida por su compañero en el último año. En los países menos desarrollados, el panorama es aún más sombrío, con una de cada cuatro jóvenes afectadas. Sin embargo, las tasas varían entre regiones, lo que sugiere que este drama no es un destino inevitable, sino un problema que puede y debe prevenirse.
El informe, recogido por Infobae, pone el dedo en la llaga: más de un tercio de los adolescentes, hombres y mujeres por igual, justifican globalmente que un esposo golpee a su esposa. Esta tolerancia, alimentada por normas de género tóxicas, dificulta que las niñas casadas pidan ayuda y que otras reconozcan qué es una relación sana. “La violencia no es un rasgo inmutable de la vida”, subraya el documento, apelando a un cambio cultural urgente.
No todo es desolador. Las cifras muestran avances: hoy, una niña tiene menos probabilidades de ser forzada a un matrimonio infantil que hace 25 años. Aún así, una de cada cinco se casa antes de los 18, con mayor progreso en las familias acomodadas. La mutilación genital femenina también retrocede, pero a un ritmo tan lento que necesitaría acelerarse 27 veces para erradicarse al 2030, como se ambiciona.
En educación, el panorama es agridulce. Las niñas sin acceso a la secundaria han caído al 39 % en 20 años, pero 122 millones siguen fuera de las aulas. Aunque la primaria mejora, cuatro de cada diez jóvenes no completan la secundaria superior, especialmente en zonas rurales pobres.
En salud, hay progresos notables: los partos adolescentes se han reducido casi a la mitad en tres décadas. Sin embargo, para 2025, cerca de 12 millones de chicas seguirán enfrentando embarazos tempranos. Muchas, presionadas a abandonar la escuela, quedan atrapadas en un ciclo de vulnerabilidad. El informe lo deja claro: educar a las niñas es clave para frenar esta tendencia.
Con datos crudos y un tono esperanzador, Unicef lanza un mensaje al mundo: la violencia y la desigualdad no son inevitables. Reducirlas exige romper con prejuicios arraigados, invertir en educación y acelerar el paso hacia un futuro más justo. La infancia de millones está en juego.
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