El rostro es nuestra carta de presentación, por ello debemos mantenerlo cuidado y presentable.
Hay muchos factores que perjudican nuestra piel, como el sol, la contaminación, el abuso de maquillaje, y por sobre todo, la deshidratación.
Se puede decir que la deshidratación es uno de los principales males para deteriorar la piel de nuestra cara. Al estar deshidratados la piel no tendrá brillo, estará seca, saldrán líneas de expresión, y pare usted de contar.
Pero no te preocupes, aquí te dejamos las mejores mascarilla casera para que hidrates tu piel y luzcas una tez lozana y joven.
Mascarillas hidratantes para el rostro
Mango
Esta fruta tropical es un gran hidratante natural para tu piel, y preparar la mascarilla hidratante es muy fácil.
Tritura la pulpa de un mango maduro y añádele 1 cucharadita de azúcar y un chorrito de miel. El azúcar exfoliará suavemente la piel eliminando las células muertas, mientras que la miel le aportará hidratación dejándola muy suave.
Una vez formada la mascarilla, aplícala sobre el rostro limpio. Déjala actuar por 15 minutos y retira con abundante agua fría. Culmina colocándote tu crema facial habitual.
Leche
Para prepararla necesitarás uno de los productos más utilizados en cosmética: la leche. Este ingrediente nos proporciona una hidratación profunda, dejando una piel suave, hidratada, sin poros negros y limpia.
Mezcla dos cucharadas de leche en polvo con una cucharada de miel y dos cucharadas de agua hasta obtener una mezcla homogénea. Aplica sobre tu rostro y déjala actuar por media hora. Retira con abundante agua fría.
Puedes repetir este proceso todos los días para obtener un mejor resultado.
Aguacate
Para preparar la tercera mascarilla hidratante necesitarás la pulpa de un aguacate y una yema de huevo. Tritura la pulpa de aguacate con la yema hasta obtener una pasta cremosa.
Si tu piel es muy reseca y necesitas una hidratación extrema, puede colocarle a la mascarilla un pequeño chorro de aceite de oliva.
Extiende la mascarilla por todo el rostro y deja que actúe por 15 minutos. Retira enjuagando tu cara con agua fría. Puedes culminar con tu crema facial habitual.
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