La llegada de un temporal a la isla de Ischia (sur de Italia) que podría provocar nuevos corrimientos de tierra como el del pasado sábado, que dejó 11 muertos y una mujer aún desaparecida, obligará a evacuar desde este viernes a unas 1.100 personas para evitar una tragedia mayor.
Los servicios de emergencia italianos decretaron una alerta amarilla en la zona del golfo de Nápoles, un área con gran actividad sísmica y donde el riesgo de otro desastre hidrogeológico es alto, lo que podría provocar nuevos derrumbes, inundaciones y desprendimientos de rocas.
La evacuación decretada por las autoridades coincidirá con las labores de rescate en la localidad de Casamicciola Terme, que el fin de semana pasado quedó completamente devastada por el desprendimiento de una parte del monte Epomeo debido a la lluvia, reseñó efe.
Por el momento se han localizado once cadáveres -entre ellos los de dos familias al completo, incluidos cuatro menores-, y los operarios continúan buscando a la última desaparecida, identificada como Maria Teresa Arcamone.
“No habrá expulsión forzosa de personas. Ellos son los que tendrán que moverse. Pero confío en que la gran mayoría de la gente cumplirá, estamos hablando de su seguridad. No se trata de ninguna deportación”, explicó el comisario de emergencia de Casamicciola, Giovanni Legnini, en una rueda de prensa.
La tragedia del sábado recordó que muchas de las casas de la isla volcánica, más de un tercio del total, son irregulares por haber sido construidas en lugares de alto riesgo hidrogeológico y sísmico (la isla de Ischia es de hecho de origen volcánico).
Unas 27.000 casas habían solicitado amnistías a construcciones irregulares gracias a una ley aprobada en 2018 por el Gobierno del Movimiento 5 Estrellas de Giuseppe Conte y la Liga de Matteo Salvini. Y ahora, miembros del nuevo Ejecutivo italiano se plantean su demolición.