La piel del pie es diferente a la del resto del cuerpo. Se caracteriza por tener un mayor número de células adiposas. Es decir, un mayor espesor para amortiguar el continuo roce al caminar llegando a ser 50 veces más gruesa que la de la zona de la mejilla de la cara.
También esta zona es pobre en sustancias grasas y, por este motivo, no cumple correctamente su función “hidratante”.
Los talones agrietados son una alteración de la dermis que se produce cuando la piel de los pies está tan seca y, por ende, tan dura, que se empieza a desgarrar o fracturar de manera perpendicular.
Debido a esta falta de hidratación, continuidad y elasticidad en la piel aparecen estas grietas que pueden venir acompañadas de dolor y, en ocasiones, pueden incluso sangrar.
Causas del talón agrietado
Esta condición se puede presentar por una clara deshidratación interna, por no beber agua, y externa, por no hidratar los talones con cremas específicas para los pies, o por factores externos como la sudoración.
También utilizar un calzado incorrecto, sin amortiguación o con un tacón excesivo provocará que la piel del talón se reseque (e incluso provocará la aparición de callos), ya que los talones tendrán que soportar más presión.
De igual forma, no usar ningún tipo de calzado, es decir, andar descalzo, también provoca que los talones se sequen y agrieten.
Por ejemplo, el uso continuo de sandalias puede aumentar la sequedad, llegando a provocar descamación o una coloración amarillenta (o blanquecina) en los talones.
Incluso cierto tipo de enfermedades (como la diabetes) o tratamientos como la quimioterapia, la diálisis, la radioterapia, entre otros, producen deshidrataciones extremas que afectan directamente a los talones.
Y, aunque la piel de los pies sea más gruesa, los talones son una zona muy sensible y susceptible a daños y lesiones.
El no llevar una dieta equilibrada, especialmente cuando sufrimos de sobrepeso, puede ser también una causa directa de esta afección.
La explicación es sencilla, a mayor peso, más presión y fricción sufrirán los talones, por lo que será más fácil que la piel se rompa o agriete.
Hábitos poco saludables como consumir tabaco o beber alcohol en exceso produce una deshidratación mayor en la piel, que afectará principalmente a la piel del rostro y de los pies.
El cloro y el salitre también dan lugar a que los talones se agrieten más fácilmente. Por ello, durante todo el año, especialmente en verano, debemos extremar los cuidados de los talones.
Estos factores pueden provocar que los talones se agrieten y presenten los siguientes síntomas: descamación, picor, enrojecimiento, rugosidad y grietas con o sin sangrado (en los casos más extremos).
Remedios naturales
La combinación de cambur y limón sirve para hacer un remedio para los talones con propiedades antibacterianas y humectantes.
El cambur contiene vitaminas y antioxidantes que pueden ayudarnos a eliminar esas toxinas que están dañando nuestra piel.
Por su parte, el limón es un poderoso astringente y antibacteriano, según afirma este estudio realizado por la Universidad de Benin (Nigeria). Gracias a estas propiedades protege la piel para prevenir posibles hongos o infecciones.
Para hacer una crema se va necesitar un cambur mediano y ½ limón.
El primer paso es triturar el cambur maduro hasta obtener un puré. Después, mézclalo con el jugo de medio limón.
Para empezar, extiende la crema sobre los talones y déjala actuar durante media hora.
Después, enjuaga con agua tibia y repite su uso un mínimo de 3 veces a la semana.
Crema de manteca de cacao y aceites esenciales
La manteca de cacao es otro de los buenos productos para acabar con los talones agrietados.
Cuenta con una acción hidratante y un importante valor nutricional que puede ayudar a reparar los daños de la piel gracias a los polifenoles del cacao, como muestran algunos estudios.
Combinada con aceites esenciales, como el aceite de coco, con propiedades hidratantes y antioxidantes se pueden potenciar sus efectos para mejores resultados.
Basta con 100 g de manteca de cacao, 1 cucharada de aceite de almendras o de coco (15 g) y 1 cucharadita de aceite esencial de árbol de té (4,6 g) para hacer la crema casera.
En primer lugar, se calienta la manteca de cacao al baño maría. Después, una vez se derrita, incorpora los aceites esenciales.
Por último, viértela en un recipiente y espera algunas horas hasta que se enfríe.
Se aplica todas las noches, antes de ir a dormir, unta la crema sobre los talones con un suave masaje.
A continuación, el producto se absorberá y no será necesario enjuagarlo.
Crema de sábila y aceite de coco
El gel de aloe vera es un compuesto natural rico en nutrientes, hidratantes y reparadores. Gracias a estos es ideal para mejorar el estado de la piel, además de poseer, según este estudio del New Horizon Dental College and Research Institute (India), propiedades antimicrobianas.
Combinándolo con los beneficios que aporta el aceite de coco, como se muestra en diversos estudios, se puede hacer una sencilla crema casera con propiedades antibacterianas y humectantes. Con ella podremos mejorar talones secos y agrietados.
Para la preparación se va a necesitar ½ taza de gel de aloe vera (118 g) y 2 cucharadas de aceite de coco (30 g).
En primer lugar, se extrae el gel de aloe vera. Después, mézclalo en un tazón con un par de cucharadas de aceite de coco.
Para empezar, remoja los pies en agua tibia durante 15 minutos. Después, sécalos bien y aplícales el producto con un suave masaje.
No necesitas enjuagarlo.
Utilízalo todos los días antes de ir a dormir.
Crema de sábila y manteca de karité
Esta crema combina los poderes hidratantes y reparadores de dos potentes ingredientes como el aloe vera y la manteca de karité. Este último es un producto rico en nutrientes que, como avalan algunos estudios, puede ayudarnos a mejorar el estado de la piel.
Este remedio puede ayudarnos a controlar ese agrietamiento que se produce por la sequedad en los talones. No obstante, aunque está diseñada para cuidar la belleza de los pies, también puedes utilizarla en áreas como rodillas, codos, cuello e incluso en el rostro.
Para la crema hay que disponer de 1 cucharada de gel de aloe vera (15 g), 2 cucharadas de aceite de almendras dulces (30 g), 100 g de manteca de cacao y 10 gotas de aceite esencial de caléndula
Para empezar, extrae la pulpa de aloe vera y bátela muy bien hasta obtener un jugo líquido.
Aparte, coloca la manteca de karité al baño maría y déjala hasta que se derrita.
Después, cuando esté líquida, agrégale el aceite de almendras y el gel de aloe vera. A continuación, remueve para que todo se vaya integrando.
Por último, incorpora el aceite de caléndula y déjalo enfriar.
Lo puedes almacenar en un frasco de vidrio oscuro y puede durar hasta un mes.
Se puede aplicar en horas de la noche, limpia muy bien los pies y extiéndeles el producto con un suave masaje.
Repite el tratamiento todos los días para obtener buenos resultados.
Para acabar, empieza a aplicar cualquiera de estos tratamientos sobre tus talones secos y agrietados. Estos pueden ayudarte a conseguir unos pies suaves , saludables e hidratados.
Con todo, recuerda que estas cremas por sí solas no nos ayudarán si no cambiamos ciertos hábitos y empezamos a cuidar más de nuestros pies: mantenemos una higiene correcta, empleamos calzado adecuado.
También puede ser recomendable realizar una pedicura profesional para eliminar las pieles muertas y permitir que estas cremas puedan penetrar mejor en nuestra piel.