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domingo 24, noviembre 2024

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El castigo físico afecta la salud mental de los niños y la sociedad

|| Rodolfo Gamarra

Los niños pueden aprenden que la agresión es una forma aceptable de solucionar problemas

El castigo físico ha sido un tema muy discutido y estudiado por especialista en psicología y la sociología. Instituciones internacionales como la Organización Mundial de la Salud (OMS), y distinguidas universidades, han realizado investigaciones para determinar, los efectos que producen en la sociedad, en especial en la salud física y mental de los niños.

Desde tiempos inmemorables se ha utilizado como método de enseñanza estos castigos, que muchas veces terminaban en maltrato físico y mental.

Nuestros abuelos tuvieron que afrontar estos métodos severos a la hora de tener que pagar una falta y entender que algún acto o acción no debía ejecutarse.

Estos estudios han demostrado que este tipo de disciplina no solo es ineficaz, sino que también puede tener consecuencias negativas a largo plazo para los niños, sus padres y la sociedad en general.

Varias madres consultadas sobre este tema aseguran que en su niñez sufrieron algún tipo de castigo físico a la hora de ser reprendidas por una travesura.

La mayoría coincidió en que estos castigos eran poco frecuentes y solo se producían cuando la falta se consideraba de gravedad.

Sin embargo, a diario se puede ver en medios de comunicación noticias sobre maltrato y abuso a menores de edad, proveniente de sus propios progenitores.

Fomenta la violencia

Según la Unicef, el pensamiento propio de los niños aunado a los argumentos tales como “te pego para que aprendas a portarte bien”, por parte de sus personas cuidadoras, les lleva a normalizar la violencia en su contra y a asumir la culpa del castigo recibido, lo que afecta su autoestima y autoimagen.

Los estudios revelan que el castigo físico inculca la violencia como modo de resolver conflictos. Los niños aprenden que la agresión es una forma aceptable de solucionar problemas y pueden replicar este comportamiento en su edad adulta con sus propios hijos.

Insisten los especialistas que, en lugar de aprender habilidades sociales y emocionales para manejar situaciones difíciles, este método les condiciona a temer a sus padres, crear resentimiento y evitar el comportamiento que provocó el castigo, solo por temor y no por entender.

De la misma manera, se ha comprobado que golpear daña la autoestima y dificulta la comunicación entre padres e hijos. Los niños pueden sentirse avergonzados o resentidos después de ser castigados, lo que disminuye su autoestima y afecta su capacidad para comunicarse de con sus padres.

Este último señalamiento es muy importante, debido a que el niño crea un comportamiento que evita un trato directo con los padres, por lo que los hace vulnerables a ser víctimas de abusos por parte de otras personas, por temor de contar lo que les pasa.

Prefieren métodos más sutiles

Algunos de los padres opinan que estos castigos forjaron su carácter y es por ese motivo que son mejores personas hoy en día, sin embargo, otros indicaron que ellos no aplican este tipo de castigo con sus propios hijos.

En lugar del maltrato, prefieren quitarles cosas que les gustan como los videojuegos, algún programa de televisión, salir a jugar con los amigos o no comprarles algo que han querido.

 

FRASE DESTACADA

De acuerdo con la Convención de los Derechos del Niño, toda forma de violencia contra ellas y ellos es injustificable, por lo que queda prohibido el castigo corporal y humillante como método correctivo.

 

 

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