|| Reportaje Especial
La organización trabaja para concientizar a la sociedad sobre su impacto, y brindar apoyo a quienes padecen el trastorno y a sus familias
El Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH) se manifiesta principalmente en los niños, es una condición del neurodesarrollo con síntomas que pueden persistir con mayor o menor intensidad a medida que avanza el tiempo.
Beatriz Villalobos, neuropsicóloga, señaló que 4% de la población mundial padece de TDAH, y de ellos, del 3% al 8% son niños, por lo que 1 de cada 20 menores de edad padece el trastorno, según cifras de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Con la finalidad de concientizar a la sociedad sobre el impacto de esta condición y brindar apoyo a quienes lo padecen y sus familias, anualmente se conmemora el Día Mundial del Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH).
La especialista expresó que con este trastorno se alteran las funciones, de modo que los pacientes presentan: dificultad para mantener la atención de forma sostenida y gran facilidad para la distracción; dificultad en la neutralización de estímulos irrelevantes; mayor variabilidad en el rendimiento de su trabajo; problemas para organizar trabajos, fallas para iniciar y continuar las actividades, ya que cambian frecuentemente de una a otra y usualmente sin concluirlas.
“No todo niño inquieto o despistado presenta TDAH, ya que lo que determina el diagnóstico es la frecuencia e intensidad de las manifestaciones, así como las dificultades en su desempeño en los ámbitos en los que se desenvuelve: escolar, familiar y social”.
El diagnóstico depende únicamente de la evaluación neuropsicológica, que precisa el tipo particular que se padece, las comorbilidades que se puedan presentar y establecer el patrón de funcionamiento neurocognitivo de cada paciente, según la especialista.
“Al ser diagnosticado, el TDAH se divide en tres subtipos, según la presentación e intensidad de sus síntomas”:
- 1. Predominio del déficit de atención. Es el tipo que más pasa desapercibido, porque no suele presentar problemas de conducta que interfieran en la actividad familiar o social, pero tiene implicaciones en el fracaso escolar, debido a la falla atencional.
- Predominio hiperactivo-impulsivo. Genera dificultades conductuales en niños como actuar sin pensar, gritar, pelear, romper y perder objetos, y hablar excesivamente.
- Subtipo combinado. Se presentan conjuntamente la hiperactividad y la inatención, sin predominio de una sobre la otra.
TRATAMIENTO
La neuropsicóloga explicó que luego del diagnóstico, se requiere la atención de un equipo interdisciplinario de profesionales para atender cada caso de forma particular, puesto que el esquema de tratamiento es diferente en todos los pacientes.
En este sentido, Villalobos explicó el equipo de profesionales ideal para tratar estos casos:
- Farmacológico, si se necesita, establecido por un neuropediatra, psiquiatra infanto-juvenil o un neurólogo y un especialista en psiquiatría (adultos).
- Conductual, para controlar la hiperactividad. Este puede incluir actividad física que entrene al cerebro para que trabaje de forma óptima, a pesar del déficit atencional.
- Intelectual-cognitivo, para reforzar funciones cognitivas como atención, memoria, razonamiento, capacidad resolutiva, entre otras, de manera que se logre el aprendizaje, a pesar del TDAH.
- Pedagógico, dirigido a realizar ajustes curriculares que proporcionen herramientas para organizar y facilitar el aprendizaje.
- Multidisciplinario de otros profesionales como terapistas ocupacionales, por ejemplo, cuando el TDAH se acompaña de fallas en motricidad fina.
ADOLESCENCIA Y ADULTEZ
La especialista recalcó que las manifestaciones del TDAH cambian en la medida en que avanza el tiempo, por lo que, en un adolescente, por ejemplo, puede existir mayor dificultad en la identificación de la condición, debido a las cualidades propias de esta etapa.
Por otro lado, en el caso de los adultos, suele ocurrir que estos descubren que padecen TDAH en esta etapa de la vida, ya que los síntomas, que pudieron pasar desapercibidos o ser normalizados en la infancia, se manifiestan al dificultar que logren rendir a nivel académico y profesional, de acuerdo con Villalobos.
“A diferencia de los niños, los adultos con TDAH pueden no presentar conductas hiperactivas, pero su emocionalidad resulta afectada, lo que genera episodios de irritabilidad, desmotivación, sentido de inutilidad, decaimiento, apatía o sensación de llevar una vida caótica”, explicó Villalobos.
Por esta razón “los pacientes son más susceptibles a padecer de forma comórbida trastornos del estado de ánimo”, mencionó.
EL DATO
En los pacientes con TDAH que no reciben tratamiento, puede producir un deterioro importante en su capacidad para desarrollarse tanto en el terreno académico, familiar y social, limitando las posibilidades presentes y futuras del menor.
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