|| Rodolfo Gamarra
*** Una escena sangrienta enlutó la historia del país, cuando universitarios fueron baleados por efectivos militares***
A 41 años de la masacre que dejó una herida profunda en la comunidad venezolana, la Universidad Central de Venezuela (UCV), campus Maracay, organizó una serie de jornadas en la que levantan la voz en pro de la comunidad universitaria y en recuerdo de este trágico episodio.
El suceso ocurrido en Tazón, marcó un antes y un después en la historia de la lucha estudiantil en Venezuela. Luis Figueroa, uno de los testigos directos de aquel fatídico día, relató los hechos desgarradores que vivió junto a sus compañeros de la UCV, el 19 de septiembre de 1984, cuando fueron atacados por fuerzas militares “de manera brutal e injustificada”.
Figueroa recordó que el nefasto episodio tuvo lugar en el contexto de una situación precaria en la universidad. Los estudiantes enfrentaban dificultades para mantenerse, debido a la falta de apoyo económico y condiciones adversas que se vivían en la nación.
Meses antes de lo ocurrido, Jaime Lusinchi, presidente de la República para el momento, anunció en cadena nacional de radio y televisión el llamado Plan de Austeridad, que contemplaba la reducción del Estado en un 10% para enfrentar la delicada situación económica del país, después del Viernes Negro en 1983.
Edmundo Chirinos, rector de la UCV para entonces, decidió someter a votación en el Consejo Universitario la aplicación de medidas de restricción de gastos, apegado a las políticas del gobierno y siguiendo la línea de rectores de otras universidades, lo que conllevó a la eliminación de becas, aumento de la tarifa del comedor universitario a 10 bolívares, el pago de la matrícula y la suspensión de las pasantías.
En un intento por hacer valer sus derechos y buscar mejoras en las condiciones de estudio, más de 200 alumnos de Agronomía y Ciencias Veterinarias acordaron viajar a Caracas para presentar un proyecto a las autoridades del Consejo Universitario.
Los autobuses fueron detenidos en la alcabala de la Guardia Nacional en Hoyo de la Puerta y se les indicó a los estudiantes que desalojaran las unidades para ser requisados.
Los jóvenes exigieron el paso al teniente coronel José Vizcuña, y ante la negativa de los castrenses realizaron asambleas en cada uno de los cuatro autobuses en los que se trasladaban para decidir si regresar o continuar hacia Caracas.
Dos horas después de ser detenidos, decidieron romper el cerco impuesto por los militares y continuar la ruta, pero los efectivos de la GN dispararon contra las unidades, lo que dejó un saldo de más de 35 estudiantes y tres guardias nacionales heridos. Los heridos fueron trasladados al hospital de Coche y al Clínico Universitario.
Según Figueroa, ninguno de los actores pagó por sus crímenes y la impunidad se mantiene hasta el día de hoy.
ACCIÓN Y REACCIÓN
En horas de la tarde de ese mismo 19 de septiembre, un grupo se reunió en el Aula Magna de la universidad para discutir sobre las acciones a tomar.
Al presentarse, Chirinos fue recibido con insultos, abucheos, golpes y empujones, además de exigirle una explicación por lo ocurrido.
El rector alegó que su actuación estuvo apegada a la ley, que su intención no había sido agredir a nadie y que por el contrario buscaba proteger a los “estudiantes inexpertos que venían conduciendo”.
Las declaraciones indignaron a los jóvenes, quienes le lanzaron las franelas ensangrentadas de los heridos y gritaban consignas contra el rector y el ministro de Relaciones Interiores, Octavio Lepage, quien tuvo que escapar por la salida posterior del aula.
Luego de la asamblea en el Aula Magna, se produjeron violentos disturbios en la plaza de Las Tres Gracias, donde quemaron varios vehículos y hubo un enfrentamiento entre manifestantes y funcionarios de la Policía Metropolitana, donde murió un joven y la Disip detuvo a varios dirigentes estudiantiles.
Por decisión del Consejo Universitario, las actividades docentes y administrativas fueron suspendidas por una semana. La misma noche de los hechos la UCV fue allanada por efectivos de la Guardia Nacional y un grupo comando de la Disip, quienes penetraron por la plaza de Las Tres Gracias y tomaron la Faculta de Farmacia, los galpones de Ingeniería y el Instituto Anatómico de la Facultad de Medicina.
En Maracay tomaron la avenida El Limón, se paralizó el tráfico hasta el mediodía y se propuso un paro estudiantil como protesta. El rector Chirinos fue declarado persona non grata.
En otras ciudades del país también hubo disturbios por parte de los universitarios. Dos días después del tiroteo un grupo de dirigentes estudiantiles de la UCV se reunión con Octavio Lepage y su viceministro Cesáreo Espinal Vásquez, donde también estuvo presente el gobernador de Caracas, Carmelo Lauría, y el comandante de la Policía Metropolitana, Marcos Adolfo Pacheco.
En la reunión el gobierno se comprometió a prohibir el uso de las armas de fuego en protestas estudiantiles y exhortó a los gobernadores a dialogar con los estudiantes para llegar a acuerdos sin recurrir a la violencia.
LLAMADO A LA REFLEXIÓN
Aida Ortiz, decana actual de la Facultad de Agronomía, destacó la importancia de recordar este trágico suceso, al enfatizar que este episodio debe ser un llamado a la reflexión sobre la protección de los derechos estudiantiles y la importancia de garantizar un ambiente seguro en las instituciones educativas.
Ortiz hizo hincapié en la necesidad de preservar la vida y dignidad de los alumnos, así como también promover el diálogo y la negociación como medio en la resolución de conflictos.
La decana resaltó que este año han realizado diversas actividades en la casa de estudios, a fin de recordar y reflexionar sobre lo sucedido. En estos eventos participaron protagonistas de aquella época histórica del movimiento estudiantil.
“Es fundamental que la memoria de este terrible episodio se mantenga viva como un recordatorio de las consecuencias devastadoras de la violencia y la importancia de proteger los derechos fundamentales de los estudiantes”, subrayó.
Además, enfatizó la relevancia de que las nuevas generaciones, conozcan estos hechos históricos para que no se repitan.
Fotos Rodolfo Gamarra / Archivo