Aunque no sea la moneda de curso legal, el dólar se convirtió en el referente para establecer los precios de los productos desde hace unos años
Ante un dólar que mantiene una brecha sostenida de más de 20% entre el tipo de cambio oficial (BCV) y el paralelo desde hace ya más de un mes, la dinámica del día a día de los venezolanos se ha complicado. El pago por cualquier producto o servicio se ha vuelto complejo y tener dólares en la mano ya no es signo de ventaja en un país de una economía inestable.
Aunque no sea la moneda de curso legal, el dólar se convirtió en el referente para establecer los precios de los productos en un sistema económico que atravesó una hiperinflación por cinco años consecutivos. En Venezuela, la economía se rige por la cotización de un dólar oficial, cuya tasa la estipula el Banco Central de Venezuela y un registro paralelo que se transa en el mercado negro.
La diferencia entre ambos tipos de cambio es significativa. Mientras en el mercado paralelo se vende la divisa cerca de los 50 bolívares por dólar, el precio en las mesas de cambio de la banca nacional se encuentra en torno a los 40 bolívares. Hay más de 20% de diferencia.
Entonces, comprar en bolívares en lugares en los que la cotización del dólar se haga a tasa BCV representa una oferta de al menos 20% en cada compra, el descuento puede ser mayor si se toma en cuenta que al pagar en dólares los comercios deben cobrar un impuesto adicional que es el IGTF.
El analista financiero y director de Albus Data, Henkel García, lo plantea de la siguiente manera: “En este punto de desquicio cambiario, deja de tener sentido pagar en dólares en efectivo o con tarjeta de débito-crédito internacional. En todo momento convendrá vender a paralelo y pagar en bolívares”.
García explicó que si hay que pagar algo de $ 10 a tasa oficial, por ejemplo, en bolívares sería 400, pero si se cancela a paralelo terminaría siendo $ 8,33, lo que deja a favor cerca de dos dólares.
Para José Manuel Puente, economista y profesor del IESA, la situación de la “enorme brecha cambiaria” que se ha abierto entre los dos tipos de cotizaciones en Venezuela responde a un problema de fondo que es la apreciación del tipo de cambio, lo que podría derivar en inflación y mayor devaluación, “afectando la estabilidad que el gobierno logró con políticas austeras en los últimos años, complica los pagos y genera distorsiones en las transacciones”.
