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Las intensas y continuas lluvias en Aragua y otras regiones del centro norte de Venezuela, han dejado más de 60 fallecidos en octubre y arrasaron urbanismos enteros, pero más allá de poner la lupa en la gran cantidad de agua caída en el mes, expertos dan cuenta de un abanico de circunstancias que hacen más compleja la realidad.
En principio, la falta de una alerta temprana para quienes viven en zonas vulnerables. El ingeniero civil especialista en geotecnia, Gustavo Iribarren, considera que es necesario poner en marcha estaciones meteorológicas que transmitan información en tiempo real.
“Teníamos en el orden de 300 estaciones y, tengo entendido, que están operativas poco más de 80”.
Otro elemento que, según el especialista, desencadenó los deslaves es la deforestación provocada, en buena medida, por los incendios que permiten que el agua corra con mayor velocidad y arrastre más sedimentos.
“Al no haber árboles el suelo se va saturando, porque es como una esponja y ya no tiene más capacidad para aceptar más agua”, explicó en exclusiva para El Periodiquito hace unos días el ecologista y director de la organización Sembramos Todos, Enrique García.
Por su parte, Joaquín Benítez, director de Sustentabilidad Ambiental de la Universidad Católica Andrés Bello (UCAB), agregó que uno de los factores que generó la tragedia de Las Tejería el 8 de octubre de este año, fue que esta población del estado Aragua se encuentra en una zona montañosa donde los suelos están en pendientes muy inclinadas.
