En el año 1981 la Asamblea General de las Naciones Unidas (ONU) promulgó el 21 de septiembre como el Día Internacional de la Paz; una fecha dedicada a conmemorar los ideales de paz de cada pueblo y cada nación; con especial énfasis en el desarrollo social y económico de los pueblos, en diversas facetas: pobreza, hambre, salud, educación, cambio climático, igualdad de género; agua, saneamiento, electricidad, medioambiente y justicia social.
La celebración de esta efeméride se sustenta en el artículo 3 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos: “Todo individuo tiene derecho a la vida, a la libertad y a la seguridad de su persona”, sentando las bases para la libertad, la justicia y la paz en el mundo.
El premio Nobel de la Paz es conferido a las personas que haya trabajado más o mejor en favor de la fraternidad entre las naciones, la abolición o reducción de los ejércitos existentes y la celebración y promoción de procesos de paz.
Tal es el caso de Malala Yousafzai, quien es la persona más joven en obtener este galardón en cualquiera de sus categorías. Es una activista pakistaní defensora del derecho a la educación de las niñas y mujeres. En 2012 sufrió un atentado por oponerse a las restricciones de los talibanes a la educación de la mujer en su país natal, Pakistán.