Mantener el clóset organizado puede hacer una gran diferencia en tu día a día. Tener los objetos en su lugar ayuda a ahorrar tiempo, reduce el estrés de no encontrar las prendas y hasta te motiva a cuidar mejor tu ropa.
Deshazte de lo que no usas
El primer paso es revisar toda tu ropa y accesorios. Separa las prendas que ya no usas, que no te quedan o que están dañadas. Dona o recicla lo que ya no necesitas y guarda solo lo que realmente usas y amas. Este hábito liberará espacio y hará que todo lo que guardes sea realmente útil.
Clasifica por tipo y frecuencia de uso
Agrupar las prendas por tipo -camisas, pantalones, vestidos- y por la frecuencia con la que las usas es una gran estrategia. Coloca a la vista lo que usas a diario y reserva espacios específicos para la ropa de temporada o de ocasiones especiales. Esto no solo ahorra tiempo, sino que evita el desorden.
Usa organizadores y cajas
Las cajas y organizadores son excelentes para agrupar artículos pequeños, como accesorios, cinturones, bufandas o ropa interior. Además, los organizadores de zapatos pueden ayudar a mantener el calzado separado y visible, evitando que se mezclen o dañen entre sí.
Optimiza el espacio vertical
Aprovéchate del espacio en alto instalando repisas o usando perchas dobles. Las barras adicionales o los colgadores de pared permiten maximizar el espacio en clósets pequeños y mantener más prendas a la vista.
Adopta el hábito de ordenar regularmente
Tómate unos minutos cada semana para revisar y recolocar las prendas que se han movido o arrugado. Este pequeño esfuerzo regular evita que el desorden se acumule.