Este 25 de noviembre, John Alfred Tinniswood, reconocido como el hombre más longevo del mundo, falleció a los 112 años en la residencia Hollies Rest Home, en Southport, Reino Unido.
Nacido el 26 de agosto de 1912 en Liverpool, Inglaterra, Tinniswood llegó al mundo poco después del hundimiento del Titanic. A lo largo de su vida, fue testigo de hitos trascendentales como las dos guerras mundiales, la llegada del hombre a la Luna y la caída del Muro de Berlín.
Durante la Segunda Guerra Mundial, Tinniswood se alistó en el Cuerpo de Pagos del Ejército Británico, donde desempeñó labores administrativas esenciales, organizando los retornos de las tropas. Su carrera profesional continuó con roles en empresas como Royal Mail, Shell y BP, donde consolidó su pasión por los números y una disciplina que lo acompañaría toda su vida.
Se jubiló en 1972, y desde entonces llevó una vida sin sobresaltos. Su enfoque sobre la longevidad, lo resumió en alguna ocasión con la frase: “Es pura suerte”. No obstante, lo cierto es que llevaba una vida muy saludable. Nunca fumó, consumió alcohol en mínimas cantidades y disfrutaba del clásico plato británico de pescado con papas fritas, siempre con equilibrio.
En 1942 se casó con Blodwen, con quien compartió 44 años de matrimonio hasta el fallecimiento de ella en 1986. Juntos criaron a una hija, Susan, quien más tarde le daría cuatro nietos y tres bisnietos. A pesar de las pérdidas, Tinniswood permaneció centrado en su familia.
En 2024, Tinniswood fue reconocido oficialmente como el hombre más longevo del mundo por Guinness World Records, tras el fallecimiento de Juan Vicente Pérez Mora en abril. Desde los 100 años, recibió tarjetas de cumpleaños de la Reina Isabel II y, más recientemente, del Rey Carlos III, reflejando su lugar especial en la sociedad británica.
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