Con el bis de Llorarás terminó la primera de las dos presentaciones que ofrecerá Óscar D’ León en la sala Ríos Reyna del Teatro Teresa Carreño de Caracas.
Escoltado por la Orquesta Sinfónica Simón Bolívar de Venezuela y por la Coral del mismo nombre, dirigida por Christian Vásquez, “El sonero del mundo” cumplió con las tres horas de música ininterrumpida que le prometió a la prensa esta semana en el encuentro que sostuvo con ella en el Centro Nacional de Acción Social por la Música.
Óscar D’ León le regaló a las almas que se atendieron a su llamado, en el marco del regreso a su casa, un espectáculo de primer mundo, en el que no sólo interpretó los hits que ha cultivado a lo largo de cinco décadas, los éxitos que popularizó cuando formaba parte de la Dimensión Latina sino también clásicos del repertorio latinoamericano, temas de Celia Cruz, Joe Arroyo, Willie Colón y hasta de Armando Manzanero y Alberto Domínguez Borrás.
“El diablo de la salsa” no se limitó a cantar y a deleitar a su público. Como típica estrella y conocedor de la psicología humana, se erigió también en director musical paralelo y editor de la lista de temas previstos para la noche, complaciendo las peticiones de sus fanáticos y demostrando incesantemente su alegría y amor por sus adeptos.
En la sala Ríos Reyna del Teatro Teresa Carreño retumbaron: Sigue tu camino, Detalles, Se necesita rumbero, Taboga, Tú me recordarás, La mazucamba (que contó con la participación especial de la hija de Óscar D´León, Irosca) y Mi bajo y yo, en el que el salsero regaló un performance único a quienes presenciaron el show.
Quienes dudaron que el intérprete, de 79 años, podía responder solventemente a su promesa de actuar durante más de tres horas se fueron sorprendidos a sus hogares.
Como si no hubiesen suficientes emociones en el aire, los sentimientos escalaron otro nivel cuando los más de 200 músicos, dirigidos por Christian Vásquez, y la orquesta de Óscar D´León ejecutaron Mi querencia, del maestro Simón Díaz, y Alma llanera, de Pedro Elías Gutiérrez.
