El melón y la sandía son frutas refrescantes son perfectas ante la llegada de las altas temperaturas y, además, son beneficiosas para la salud gracias a sus propiedades nutricionales.
Con 85 % de agua, el melón es una de las frutas más hidratantes y refrescantes. Esto, unido a su gran contenido en potasio, convierten al melón en una fruta muy diurética. Además, es rica en betacarotenos y vitaminas C y B9, calcio, fósforo y magnesio.
La patilla es la otra fruta que más asociamos con el verano. Es también la más recomendable, pues con más de 90 % de agua, es la más hidratante. Además, aporta gran cantidad de vitamina C y otros de antioxidantes, como los betacarotenos.
Pero, ¿qué nos comemos del melón y la patilla? Pues lo de dentro, claro. Retiramos la piel y “lo verde”, y lo tiramos. En esto último sí nos estamos equivocando. ¡No lo tires! Con la cáscara de ambas frutas podemos hacer hasta recetas.
La cáscara de la patilla contiene una gran cantidad de fibra, aminoácidos y mucha vitamina A. Una de las mejores fuentes del aminoácido citrulina (que mejora el flujo sanguíneo) es esa capa blanca que está entre la piel verde y la pulpa roja.
La del melón ayuda a tener una buena digestión por su alto contenido en fibra y agua. Su cáscara puede ayudarnos a prevenir el estreñimiento. También, suaviza y tonifica la piel.
Pues lo dicho: no tiremos la piel de melones y sandías. Con ambas cáscaras podemos hacer bastantes cosas en la cocina:
Batidos
Cada vez que hagamos un batido de frutas podemos añadir esta parte blanquiverde de patilla y melón. Le estaremos dando un plus de fibra a nuestro batido.
Ralladura
Podemos rallar la cáscara de la patilla o el melón sobre una ensalada, a modo de condimento. También podemos usar esa ralladura para espolvorearla sobre cualquier sopa fría.
Cáscaras fritas
Quitamos el verde exterior de la piel. Cortamos lo que resta como si fueran papas. Salpimentamos. Enharinamos y freímos.
Ensalada
La parte blanca de la piel de la patilla y el melón la podemos mezclar con cebolla. Luego salpimentamos.
Mermelada
Mezclamos y cocinamos la piel de la patilla o del melón con agua, azúcar, vinagre de manzana y limón.
Se trata de quitar de la cáscara la parte verde exterior y quedarnos con lo blanco, pero podemos añadir un poco de pulpa de la parte dulce. Procedemos con la receta habitual de una mermelada.