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domingo 24, noviembre 2024

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Virus desconocidos se esconden en los cepillos de dientes

No hay que irse muy lejos para encontrar una biodiversidad digna de estudio. Está tan cerca y es tan cotidiano como su propio baño.

Así lo confirma un nuevo estudio dirigido por investigadores de la Universidad Northwestern, en Illinois, Estados Unidos, publicado en la revista científica “Frontiers in Microbiomes”.

En concreto, los microbiólogos descubrieron que los cabezales de ducha y los cepillos de dientes están llenos de una colección extremadamente diversa de virus, la mayoría de los cuales nunca antes se habían visto.

Sin embargo, aunque esto pueda parecer siniestro, la buena noticia es que estos virus no se dirigen a las personas, ya que su objetivo son las bacterias.

En concreto, los microorganismos recolectados en el estudio son bacteriófagos o “fagos”, un tipo de virus que infecta y se replica dentro de las bacterias. Aunque los investigadores saben poco sobre ellos, recientemente los fagos han llamado la atención por su uso potencial en el tratamiento de infecciones bacterianas resistentes a los antibióticos.

Y los virus previamente desconocidos que acechan en nuestros baños podrían convertirse en un tesoro de materiales para explorar esas aplicaciones.

“La cantidad de virus que encontramos es absolutamente salvaje”, reconoce Erica M. Hartmann, investigadora de Northwestern, quien ha dirigido el estudio.

“Encontramos muchos virus de los que sabemos muy poco y muchos otros que nunca antes habíamos visto. Es sorprendente cuánta biodiversidad sin explotar hay a nuestro alrededor. Y ni siquiera hace falta ir muy lejos para encontrarlo; está justo delante de nuestras narices”, advierte la microbióloga, profesora asociada de ingeniería civil y ambiental en la Escuela de Ingeniería McCormick de Northwestern y miembro del Centro de Biología Sintética.

EL REGRESO DE LA ‘OPERACIÓN POTTYMOUTH’

El nuevo estudio es una rama de investigaciones anteriores, en las que Hartmann y sus colegas de la Universidad de Colorado en Boulder caracterizaron las bacterias que viven en cepillos de dientes y cabezales de ducha.

Para los estudios anteriores, los investigadores pidieron a las personas que enviaran cepillos de dientes e hisopos usados ​​con muestras recolectadas de sus cabezales de ducha.

Inspirado por la preocupación de que un inodoro con cisterna pudiera generar una nube de partículas de aerosol, Hartmann llamó cariñosamente al estudio del cepillo de dientes “Operación Boca al baño”, según la traducción al castellano.

“Este proyecto comenzó como una curiosidad”, reconoce Hartmann. “Queríamos saber qué microbios viven en nuestros hogares. Si piensas en ambientes interiores, las superficies como mesas y paredes son realmente difíciles para que vivan los microbios, pues prefieren ambientes con agua. ¿Y dónde hay agua? Dentro de nuestras duchas y en nuestros cepillos de dientes”.

DIVERSIDAD Y OPORTUNIDADES

Después de caracterizar las bacterias, Hartmann utilizó la secuenciación del ADN para examinar los virus que viven en esas mismas muestras. Y el resultado fue tan impactante que quedó impresionada. En total, las muestras comprendían más de 600 virus diferentes, y no había dos muestras iguales.

“Básicamente no vimos ninguna superposición en los tipos de virus entre los cabezales de ducha y los cepillos de dientes”, asegura Hartmann, quien añade que “también vimos muy poca superposición entre dos muestras. Cada cabezal de ducha y cada cepillo de dientes es como su propia pequeña isla. Simplemente subraya la increíble diversidad de virus que existen”.

Aunque encontraron pocos patrones entre todas las muestras, Hartmann y su equipo vieron más micobacteriófagos que otros tipos de fagos.

Los micobacteriófagos infectan a las micobacterias, una especie patógena que causa enfermedades como la lepra, la tuberculosis y las infecciones pulmonares crónicas.

En este sentido, Hartmann apuesta a que, algún día, los investigadores podrían aprovechar los micobacteriófagos para tratar estas y otras infecciones: “Queremos analizar todas las funciones que estos virus podrían tener y descubrir cómo podemos utilizarlos”.

¿NOS ENFERMAN?

La buena noticia es que Hartmann hace hincapié en que no hay que preocuparse por la vida silvestre invisible que vive dentro de nuestros baños.

En lugar de buscar lejía, podemos remojar los cabezales de la ducha en vinagre para eliminar la acumulación de calcio o simplemente lavarlos con agua y jabón común.

Eso sí, la investigadora asegura que se debería reemplazar periódicamente los cabezales de los cepillos de dientes. Hartmann tampoco es partidaria de los cepillos de dientes antimicrobianos, que, según ella, pueden provocar bacterias resistentes a los antibióticos.

“Los microbios están en todas partes y la gran mayoría de ellos no nos enfermarán”, asegura. Y añade: “Cuanto más se les ataca con desinfectantes, es más probable que desarrollen resistencia o se vuelvan más difíciles de tratar. Todos deberíamos aceptarlos”.

Con información de La Razón

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