No es ninguna novedad que el ejercicio es beneficioso para nuestro cerebro. Cumple con un principio básico: lo que es bueno para nuestro corazón es bueno para nuestro sistema nervioso. ¿Pero existe alguna actividad física que tenga más ventajas que otra?
Existen muchas razones para ir a la piscina, a un lago o al mar este verano: para hacer mas soportable el calor, para pasar un rato agradable, para ejercitar nuestros músculos, etc.
Pero la mejor de todas es que la natación constituye uno de los ejercicios mas completos para mejorar nuestra salud física … y mental.
Y para convencerle de que siga leyendo esta artículo, le vamos a revelar un secreto. La expresión “fuente de la eterna juventud” podría ser literal. Y es que la clave está en el agua.
Ahí va un anticipo. La natación promueve la liberación de sustancias en el cerebro que mejoran la cognición y la memoria, gracias en parte a que contribuye a establecer nuevas conexiones cerebrales.
Ayuda a nuestro organismo a luchar contra el estrés oxidativo y los radicales libres, reduce los niveles de estrés y mejora nuestro sistema inmunitario. En conjunto, mejora el estado de ánimo.
Empecemos a nadar.
En primer lugar, los beneficios físicos de la natación son innegables. Es un ejercicio muy completo que pone en marcha a los principales grupos musculares del cuerpo.
Además de estimular el sistema cardiovascular, el trabajo realizado resulta mucho mayor que en otras actividades, gracias a la resistencia del agua.
Otra ventaja es que el cuerpo, al estar sumergido, recibe menos impacto físico, y resulta más fácil moverse.
Pero tan importante es la forma física como la salud mental.
Subidón de endorfinas
Como buen ejercicio aeróbico -aquel que requiere un esfuerzo del corazón y los pulmones para proporcionar oxígeno a los músculos-, la natación produce la liberación de endorfinas.
Estas sustancias son la droga natural del cerebro, puesto que reducen la percepción del dolor, nos proporcionan placer y una inmensa sensación de bienestar y felicidad. Esta es la razón por la que la natación es tan adictiva, porque las endorfinas secretadas se unen a los receptores opioides del cerebro, encargados de funciones como la sedación, la reducción del dolor o la euforia.
Con información de El Nacional