Precisamente, Carlos III arrancó su discurso con un homenaje al “legado de servicio y devoción” que su madre dejó en el país. En la ceremonia, llena de pompa y tradición, el rey se vistió con traje ceremonial y corona, pero la lectura que hizo es simbólica, ya que en realidad el texto fue escrito por el Ejecutivo, esta vez el del primer ministro Rishi Sunak, y en él se detallaron las iniciativas legales que pretende poner en marcha en el período que se abre.
El primer bloque estuvo centrado en el futuro de la economía, azotada primero por la pandemia de covid y después por la guerra en Ucrania. El monarca aseveró que el Gobierno “continuará tomando medidas para reducir la inflación, aliviar el costo de vida de las familias y ayudar a las empresas a financiar nuevos empleos e inversiones”. Asimismo, anunció la adopción de nuevas licencias para la extracción de energía en el Mar del Norte y una legislación para fortalecer la seguridad energética del Reino Unido, lo que “reducirá la dependencia de los volátiles mercados energéticos internacionales y de los regímenes extranjeros hostiles”.
En línea con la actualidad, el monarca aseguró que su Gobierno está “comprometido a combatir el antisemitismo”, a lo que añadió la construcción del tan prometido Centro de Aprendizaje y Memorial del Holocausto en Victoria Tower Gardens. Respecto a las guerras en Ucrania y Gaza, Carlos III mantuvo que sus ministros “trabajarán estrechamente con nuestros socios internacionales para apoyar a Ucrania, fortalecer la OTAN y abordar los desafíos de seguridad más apremiantes”, lo que incluye “las consecuencias de los bárbaros actos de terrorismo contra el pueblo de Israel, facilitar el apoyo humanitario a Gaza y apoyar la causa de la paz y la estabilidad en Medio Oriente”.