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La Fiscalía de París difundió ayer un comunicado oficial en el que anuncia que el cofundador de Telegram, Pável Dúrov, está acusado de 12 delitos. En la enumeración de las acusaciones figura complicidad en “la administración de una plataforma en línea para permitir una transacción ilícita por parte de una banda organizada”, “adquisición, transporte, posesión, oferta o transferencia de drogas”, así como “negativa a facilitar, a petición de las autoridades autorizadas, las informaciones o documentos”.
El empresario de origen ruso también está acusado de complicidad en “posesión […], distribución organizada, oferta o puesta a disposición de una imagen pornográfica de un menor”, de “fraude organizado en banda” y de “ofrecimiento, transferencia o puesta a disposición sin motivo legítimo de equipos, de un instrumento, de un programa o de datos diseñados o adaptados para socavar o acceder al funcionamiento de un sistema de tratamiento automatizado de datos”.
Otras acusaciones están vinculadas con “conspiración criminal” y “blanqueo de delitos”, así como con acciones delictivas conectadas con la criptología.
Horas antes, el presidente de Francia, Emmanuel Macron, aseguró que la detención de Pável Dúrov “no es en modo alguno una decisión política”. Según subrayó el mandatario, “Francia está más que nada apegada a la libertad de expresión y de comunicación, a la innovación y al espíritu empresarial”.
