Javier Milei ordenó retirar todos los bustos del expresidente Néstor Kirchner de los espacios públicos; además decretó el cambio de nombre del Centro Cultural Kirchner a Palacio Nacional. Estas acciones forman parte de su política de gobierno para erradicar el kirchnerismo en Argentina.
Mediante un decreto de Necesidad y Urgencia, Milei justificó estas decisiones como parte de un plan para “recomponer los valores básicos de la República”. Según el decreto, los edificios públicos no deben ser dedicados a figuras políticas recientes, pues esto podría “confundir lo público con lo partidario”.
El gobierno de Milei anunció que continuará con la eliminación de otros monumentos y nombres vinculados al kirchnerismo en todo el país, en lo que describen como una “revisión histórica necesaria”. Los materiales recuperados de estos bustos y placas serán fundidos y reutilizados.
Estas medidas que tomó Milei han generado controversia en el ámbito político y cultural argentino. Unos la critican por considerarla revanchista y destructiva hacia el patrimonio reciente del país, mientras que otros apoyan la decisión y lo ven como un paso hacia la despolitización.