El presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, pedirá este miércoles a funcionarios estadounidenses que Washington “inicie una nueva política” en la región en la Cumbre de las Américas ante la polémica por la presunta exclusión de Cuba, Nicaragua y Venezuela.
“La Cumbre podría ayudar a iniciar una política nueva y le tengo confianza al presidente (Joe) Biden, creo que él podría dar este paso y hacer atrás toda esa política anacrónica, injusta, de subordinación, de falta de respeto a la independencia, a la soberanía de los pueblos”, manifestó.
El mandatario adelantó en su conferencia matutina que hablará de ello este miércoles con el ex-senador Christopher Dodd, designado por la Casa Blanca como asesor especial de la Cumbre de las Américas que se realizará en junio en Los Ángeles, California.
La reunión estaba pensada para ser de forma presencial, pero será virtual por el contagio de covid-19 de Dodd, aunque el embajador de Estados Unidos en México, Ken Salazar, y el canciller mexicano, Marcelo Ebrard, estarán de forma presencial.
El encuentro levanta expectativa porque el presidente de México ha causado controversia por avisar que no irá a la Cumbre, si Estados Unidos no invita a Cuba, Nicaragua y Venezuela, una postura que han secundado Bolivia y las naciones de la Comunidad del Caribe (Caricom).
“Tengo ese sueño de que en Los Ángeles nos unamos todos, y comparten ese punto de vista, porque no es solo nuestro, otros pueblos, otros gobiernos, y repito, creo que el presidente que podría iniciar esta nueva etapa, convertirse en el conductor de esta nueva política en América, es el presidente Biden”, dijo ahora López Obrador.
El mandatario insistió en que “es el momento de inaugurar una etapa nueva” en América, sin “hegemonía, injerencismo ni imposiciones”.
“Es necesario un cambio en la política exterior del mundo. Ya no es posible seguir, en el caso de América, con la Doctrina Monroe ni con la consigna de que ‘América para los americanos’, ni mantener las pugnas que se originaron durante la Guerra Fría”, manifestó.
El presidente rechazó las críticas sobre la polémica regional que ha causado su postura y los presuntos roces con el Gobierno de Estados Unidos, el principal socio comercial de México.
Argumentó que “es un tiempo de oportunidad y de recoger lo mejor en las relaciones de Estados Unidos con los países de América”.
“No es un afán de confrontar, es llamar la atención de que podemos, es el momento, de buscar una reconciliación. Además, cada pueblo tiene su idiosincracia, somos independientes”, sostuvo.