El presidente de Panamá, Laurentino Cortizo, solicitó a Estados Unidos «apoyo» para atender el histórico flujo de migrantes irregulares que llega a este país centroamericano en su tránsito hacia Norteamérica, informó este martes el Gobierno.
Cortizo hizo este pedido durante una reunión con el senador demócrata Timothy Michael Kaine y el congresista Adriano Espaillat Rodríguez, con quienes abordó la mañana de este martes «temas de interés entre Panamá y Estados Unidos, en especial el flujo migratorio», dijo un comunicado oficial.
«Panamá es un país con pocos recursos y estamos apoyando con el regreso de venezolanos a su país. Solo en este año han pasado por Darién 206.000 migrantes, 170.000 de ellos venezolanos. Necesitamos apoyo de Estados Unidos», dijo el presidente panameño, según el comunicado.
Panamá es la puerta de entrada a Centroamérica desde el sur del continente. Miles de viajeros irregulares procedentes de todo el mundo llegan a este país tras atravesar el Tapón de Darién, la frontera natural con Colombia, una ruta migratoria de 266 kilómetros considerada de las más peligrosas del mundo.
La crisis migratoria regional queda patentada con la cifra inédita de más de 200.000 viajeros que han atravesado la selva este año, la gran mayoría venezolanos, familias enteras que vienen tanto de Venezuela como de otros países suramericanos en los que se habían establecido.
Panamá los recibe en estaciones de recepción migratoria (ERM) situadas en la frontera con Colombia (sur) y con Costa Rica (norte), donde toman sus datos biométricos y se les ofrece alimentación y atención médica, un operativo que ha consumido unos 50 millones de dólares entre 2020 y este año según cifras oficiales.
En un intento por frenar la ola migratoria, el pasado 12 de octubre el Gobierno de Estados Unidos anunció y puso en marcha una norma que indica que todo venezolano que entre a ese país, habiendo cruzado de manera irregular la frontera de México y de Panamá, será expulsado a territorio mexicano.
Las autoridades panameñas ya están evidenciado una caída en las cifras de migrantes que llegan al país tras cruzar el Darién, como dijo este martes el jefe del Servicio Nacional de Fronteras (Senafront) de Panamá, Oriel Ortega.