China anunció este miércoles una donación de 200.000 euros (unos 210.900 dólares) para “proteger la seguridad de las instalaciones nucleares de Ucrania con acciones prácticas”.
La portavoz de la Cancillería china Mao Ning explicó en rueda de prensa que China “siempre ha concedido gran importancia a las cuestiones de seguridad nuclear”.
La reciente declaración de China sobre su postura para “una solución política al conflicto en Ucrania” establece “claramente” que China “se opone a los ataques armados contra instalaciones nucleares pacíficas” y que “promueve la cooperación internacional en materia de seguridad nuclear como una de sus directrices clave”, aseguró la vocera.
Pekín realizará la donación a través de la Agencia Internacional de la Energía Atómica y su proyecto de asistencia técnica para la protección y la seguridad, indicó Mao.
La portavoz recalcó que el país asiático “continuará trabajando con la comunidad internacional para establecer un sistema internacional de seguridad nuclear justo y beneficioso para todas las partes”.
En Zaporiyia, en el sureste de Ucrania, está la mayor central nuclear de Europa, actualmente controlada por los rusos y desconectada del sistema energético ucraniano.
China, que ha tratado de mantener la equidistancia con respecto a la guerra en Ucrania, fue uno de los países que se abstuvo a la hora de votar una resolución de condena a la invasión rusa en la Asamblea de la ONU.
Pekín ha mantenido una postura ambigua sobre la invasión rusa al pedir respeto para “la integridad territorial de todos los países”, incluida Ucrania, y, al mismo tiempo, atención para las “legítimas preocupaciones de todos los países”, en referencia a Rusia.
La declaración de China sobre una solución política a la guerra, publicada en febrero pasado y mencionada hoy por Mao, defiende el respeto a la soberanía de todos los países, el abandono de la “mentalidad de guerra fría” y un alto el fuego, así como una llamada a la “moderación” para “evitar que la situación se descontrole”, una propuesta criticada por Occidente por poner en el mismo plano “al agresor y al agredido”