Nada mejor que una taza de leche de avena tibia con miel antes de irse a la cama y disfrutar de una buena noche de sueño.
Una opción ligera, refrescante, que puede consumirse sola o bien combinada con frutas u otros alimentos es la leche de avena.
Su origen es vegetal y por ello, es una de las bebidas más elegidas por aquellos que llevan una alimentación vegana o quienes son intolerantes a la lactosa.
La bebida o leche de avena es el líquido que se obtiene de los copos de este cereal. Se puede consumir fría o caliente, acompañada de té, café o chocolate. Además, se puede utilizar para elaborar diferentes alimentos como, por ejemplo, cremas, salsas, batidos y postres.
Se puede comprar ya hecha en el mercado (algunas marcas incluso ofrecen presentaciones con aromatizante de vainilla o chocolate) o prepararla directamente en casa.
Preparación
Ingredientes
- 6 cucharadas soperas de copos de avena (60 g).
- 4 tazas de agua (1 litro).
Pasos
- Coloca la avena en el vaso de la licuadora.
- Agrega el agua y mezcla bien (tiene que quedar un líquido blanquecino).
- Cuela con ayuda de una malla o tela (también puede servir el filtro de café).
- Usa el líquido como leche y los restos para postres y otras preparaciones.
Si quieres que sea más consistente agrega 1 o 2 cucharadas más de avena. En cambio, si deseas que esté más líquida, puedes incluso mezclar nuevamente con agua lo que te quedó en el filtro. Para endulzar te recomendamos la miel. Puedes usar a su vez azúcar moreno o estevia.
Si bien la leche de avena es muy sana y nutritiva no se recomienda la ingesta en aquellas personas con alergia al gluten. Aunque también hay marcas que la comercializan apta para celíacos.
Beneficios
- Hidrata.
- Brinda saciedad.
- Es fácil de digerir.
- Ayuda a complementar la dieta.
- Combina bien con distintos alimentos.
- Ayuda a regular el tránsito intestinal.
- Combate el estreñimiento
- Si tienes problemas intestinales la leche de avena es muy útil para regular la flora debido a su gran aporte de fibra vegetal. No dudes en consumirla por la mañana en el desayuno (junto con tu taza de café, por ejemplo).
Las personas que padecen diabetes notan una mejoría interesante en sus mediciones de azúcar cuando toman esta leche de avena. Esto se debe a que la avena tiene la capacidad para controlar la glucosa en sangre.
Al ofrecer una buena dosis de grasas insaturadas (o “buenas”) omega-3 y 6 y betaglucano, la leche de avena puede reducir el colesterol malo (LDL) y los triglicéridos, al mismo tiempo que aumenta el colesterol bueno.
Además, consumir leche de avena varias veces a la semana podría mejorar la salud cardiovascular al evitar la acumulación de grasa en las paredes de las arterias.
Muchas personas que beben leche de vaca tienen problemas gástricos o estomacales, ya que este lácteo contiene sustancias que no son fáciles de digerir.
En el caso de la bebida de avena la buena noticia es que el estómago sí cuenta con las herramientas necesarias para digerirla, siendo ideal para los que sufren pesadez después de las comidas y otros trastornos gastrointestinales.
En caso de nerviosismo, inquietud y angustia, las personas pueden beneficiarse consumiendo leche de avena. Esta bebida sacia el apetito y, por ende, contribuye con la calma.
Así, tras una jornada repleta de obligaciones y problemas, nada mejor que una taza de leche de avena tibia con miel antes de irse a la cama y disfrutar de una buena noche de sueño, lejos del insomnio.
Como la avena contiene cierta cantidad de vitaminas del grupo B, se dice que consumir leche de avena también ayuda a proteger el sistema nervioso y mejorar las funciones cerebrales.
El ingrediente principal hace que esta bebida vegetal tiene muchos nutrientes y proteínas que ayudan a fortalecer los músculos.
Si haces ejercicio la leche de avena puede, por ejemplo, prevenir la aparición de calambres.
Y si te pasas todo el día sentado en un escritorio, puede ayudarte a reducir las contracturas.
Por otra parte aporta potasio, zinc y magnesio, tres nutrientes más que importantes para la formación y fortalecimiento de los huesos. Así las cosas, es recomendable en niños y en ancianos.
La bebida de avena puede funcionar como un perfecto regulador del apetito. Gracias a su propiedad saciante evita los atracones de comida a deshoras o el consumo de alimentos poco saludables. Además este cereal reduce la retención de líquidos. Es más dietética incluso que la leche desnatada, ya que no aporta grasas.