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Familiares del boxeador aragüeño Antonio Guzmán, residente del barrio 23 de Enero de Maracay, denunciaron la difícil situación que le ha tocado vivir al atleta de 23 años de edad, hijo del expúgil y entrenador, Ciro Guzmán y hermano de la campeona Eva “La Ley” Guzmán, después de pelear y caer ante el azteca Kevin González.
Resulta que el pelador recibió contrato para combatir ante el campeón súper gallo Continental de las Américas de la Asociación Mundial de Boxeo. Emocionado, aceptó para ir tras el sueño de hacer carrera internacional.
No contaba el joven Guzmán con que desde el principio hubo falta de seriedad por parte de los empresarios mexicanos que lo contrataron, ya que el boleto aéreo le fue enviado una semana antes de la pelea. Tenía salida desde Bogotá, por lo que tuvo que colectar dinero entre familiares y amigos para viajar vía terrestre hasta Cúcuta, donde pernoctó una noche, antes de seguir por carretera hasta la capital colombiana, en cuyo aeropuerto tuvo que pasar una noche antes de volar rumbo a Ciudad de México.
En la terminal aérea del DF mexicano, tuvo que aguardar 4 horas antes de que lo trasladaran hacia Culiacán, donde tendría lugar el pleito el pasado fin de semana. Guzmán atravesó todo esto sin la debida alimentación, ni descanso ni entrenamiento. En esas condiciones subió al ring, cayó tres veces a la lona hasta que el juez detuvo el careo.
Para colmo de males, el boxeador criollo perdió el vuelo de regreso (que era hacia Bogotá), ya que la empresa Wingo Airlines se negó a dejarlo abordar por ser venezolano y por desconfiar de la prueba de COVID-19 que presentó, pues exigían que debía realizársela en suelo mexicano. A todas estas, desde el pasado lunes se encuentra varado en el aeropuerto de Ciudad de México, sin que los promotores que lo contrataron, ni la aerolínea, se hayan responsabilizado por su situación. Guzmán ha intentado adquirir el boleto por cuenta propia con dinero efectivo, pero al parecer no está permitido.
Así las cosas, Antonio Guzmán fue en pos de su sueño sin mayor respaldo y está viviendo una pesadilla, al encontrarse solo, en un país extraño, sin alguien que pueda ayudarlo. Pues, hay que reiterar que los promotores que lo contrataron no se han hecho responsables y la línea Wingo Airlines, no le reconoce el pasaje de vuelta.
