|| Rodolfo Gamarra
*** Farmacéuticos de Maracay explicaron los aspectos que limitan el abastecimiento de este tipo de fármacos
Representantes del sector farmacéutico señalaron en días recientes que 70% de las medicinas que se consumen en el país son de producción nacional. Esta cifra se considera un avance significativo en la industria criolla.
Sin embargo, dentro del restante 30%, se encuentran los medicamentos para las enfermedades crónicas, que son de difícil acceso a la mayor parte de los pacientes.
Expertos aseguran que la falta de este tipo de medicamentos en Venezuela, ha alcanzado proporciones preocupantes, en especial por los pacientes con enfermedades que dependen de tratamientos específicos para mantener su calidad de vida.
Se evidencia una brecha relevante en la disponibilidad de fármacos importados, necesarios en el tratamiento de patologías complejas como el cáncer, la diabetes y el VIH.
En un recorrido por farmacias de Maracay, se evidenció que la oferta de fármacos importados, es limitada. Los dependientes resaltaron la baja demanda de estos productos, debido a su elevado precio y público objetivo reducido, por lo que la mayoría de los expendios no los adquieren “por no ser rentables”.
La producción nacional se enfoca en tratamientos más comunes, lo que deja un vacío en el acceso a medicinas vitales para muchos pacientes. Así lo destacó Edward Dimuro, encargado de una farmacia en San Jacinto.
En este sentido, Dulce de Figallo, presidenta del Colegio de Farmacéuticos del estado Aragua, destacó que medicamentos puntuales, como los antirretrovirales para el VIH y otros destinados al cáncer, son importados, lo que incrementa de manera significativa su valor en el mercado.
Los precios de las medicinas para el cáncer de mama se ofertan entre 55 y 67 dólares. Mientras, los recetados en el tratamiento del cáncer de próstata se ubican entre 30 y 45 dólares.
La líder del gremio farmacéutico indicó que Corposalud ejecuta planes a través de los que suministra medicamentos como los del VIH. No obstante, las cantidades que se distribuyen por esta vía son insuficientes, o no llegan con la debida frecuencia por lo que no cubren la demanda.
“La dificultad de acceder a estos tratamientos no sólo impacta en la calidad de vida de los pacientes, sino que también representa un desafío económico al no ser asequibles para la mayoría de la población”, destacó Figallo.
Foto: Rodolfo Gamarra
