Real Madrid y Barcelona pugnarán este domingo por conquistar la Supercopa de España con el aliciente de que, además de ser el primer título del año, pondrá sobre el tapete del estadio King Abdullah a una constelación de estrellas de ambos bandos con una predicción incierta sobre el desenlace a tenor de cómo llegan ambos a la final.
Además del trofeo, el partido concede un botín en forma de victoria psicológica por la influencia que el resultado pueda tener en el rendimiento de los equipos en lo que resta de temporada en las distintas competiciones.
La final (3:00 pm hora venezolana) está repleta de alicientes, al estar garantizada la presencia de las principales figuras de ambos conjuntos, incluido Dani Olmo, después de que el Consejo Superior de Deportes (CSD) le otorgara la medida cautelar de poder ser inscrito de nuevo, al igual que Pau Víctor.
Para deleite de los saudíes, la de mañana será la tercera final consecutiva de la Supercopa que disputan los dos grandes en Arabia Saudita en las cinco ediciones que ha organizado el torneo, por el que pagan 40 millones de euros a la Real Federación Española de Fútbol.
El futurista recinto King Abdullah espera ver casi completado su aforo de 62.000 espectadores, con la afición repartida, aunque, a tenor de lo visto en las semifinales, con una cierta mayoría a favor de los madridistas.
En caso de que al término de los 90 minutos haya empate, el título se dilucidaría en los penaltis, al aplicarse la nueva regla del torneo de que no hay prórroga con el fin de no sobregarcar de minutos a los jugadores.
De ganar el Madrid, igualaría a los culés con catorce títulos en el palmarés de la competición y elevaría su estadística de finales ganadas en las últimas tres temporadas, en las que ha jugado once y solo ha perdido una, precisamente la Supercopa de hace dos años.
||Agencia EFE