La reportera de Al Jazeera Shireen Abu Akleh murió por disparos del Ejército israelí en Yenín (Cisjordania) la madrugada de este miércoles, según denunció la cadena de noticias catarí y la Autoridad Palestina, que acusan a los militares de haberla “asesinado a sangre fría”, mientras que el Gobierno israelí atribuye su muerte a fuego de fuerzas palestinas durante una “operación antiterrorista”.
Otro periodista, Ali Samodi, resultó también herido. El embajador de Estados Unidos en Israel, Tom Nides, pidió una “investigación exhaustiva de las circunstancias” del fallecimiento de Abu Akleh, palestina que también tenía nacionalidad estadounidense.
El presidente de la Autoridad Palestina, Mahmud Abbas, responsabilizó a Israel de la muerte de la periodista, de 51 años. Previamente, un portavoz palestino había declarado que Abu Akleh fue “asesinada” por fuerzas israelíes mientras informaba sobre la operación militar en Yenín, donde se han intensificado en las últimas semanas los enfrentamientos entre palestinos y soldados israelíes.
Al Jazeera mantiene que su reportera fue asesinada “a sangre fría” por soldados israelíes, en lo que califica de “un horrible crimen que quiebra las normas internacionales”. Abu Akleh había trabajado para la agencia para los refugiados palestinos de la Organización de las Naciones Unidas (UNRWA), Radio Voice of Palestine, Amman Satellite Channel, Moftah Foundation y Radio Monte Carlo, hasta llegar a Al Jazeera en 1997.
La versión israelí es opuesta. Un comunicado del primer ministro israelí, Naftali Bennett, precisó que, de acuerdo con la información que Israel ha reunido hasta ahora, “parece probable que los palestinos armados que estaban disparando indiscriminadamente en ese momento fueran los responsables de la desafortunada muerte de la periodista”. El comunicado sostiene que la Autoridad Palestina declinó la oferta de Israel de efectuar una autopsia conjunta del cadáver de la periodista y recoge lo afirmado previamente por el ejército israelí que, en su propia nota oficial sobre el suceso, asegura que sus soldados dispararon en respuesta a un “fuego masivo” por parte de militantes palestinos en Yenín.
El Ministerio de Exteriores israelí anunció que su país llevará a cabo una “investigación minuciosa” sobre la muerte de la periodista, en la que instó a colaborar a la Autoridad palestina. El embajador de Estados Unidos en Israel, Tom Nides, reclamó dicha investigación a las autoridades israelíes para determinar “las circunstancias de la muerte” de Abu Akleh, que también tenía nacionalidad estadounidense, y de las heridas sufridas por el otro reportero en Yenín este miércoles. En el momento de su muerte, Abu Akleh llevaba chaleco antibalas identificado con la palabra “prensa” y casco, pero una bala la alcanzó por debajo de la oreja, una zona no protegida.