Tras varias semanas de ver decaer su salud por su avanzada edad, falleció este 31 de diciembre, el papa emérito Benedicto XVI en el Vaticano.
La información la dio la Dirección de la oficina de prensa del Vaticano. “Con pesar doy a conocer que el Papa emérito Benedicto XVI ha fallecido hoy a las 9:34 horas en el Monasterio Mater Ecclesiae del Vaticano. Apenas sea posible se proporcionará mayor información”, expresó el comunicado.
Durante varios días, sus allegados comunicaron la información del estado de salud de Joseph Ratzinger, su nombre real. En distintos comunicados se notificó que su estado de salud era “grave”, pero estable, producto de la edad.
Asimismo, según el Vaticano, Benedicto XVI siempre se mantuvo “lúcido” y al pendiente de lo que le rodeaba. En días pasados, varios medios locales e internacionales reseñaron que el papa emérito no quiso ser trasladado a un hospital.
El papado de Benedicto XVI
El papa emérito fungió como máximo protagonista del Vaticano para sustituir a su predecesor, Juan Pablo II.
El 19 de abril de 2005, los distintos cardenales eligieron en el cónclave al alemán Joseph Ratzinger. Fue una elección demorada, tuvieron que pasar cuatro rondas de votaciones, hasta que se pudo ver el humo blanco en Roma.
En ese entonces, Ratzinger pensaba retirarse tranquilamente, pero su elección como papa fue sorpresiva. Tras su elección, tomó el nombre de Benedicto XVI, e hizo la tradicional aparición en el balcón de la Basílica Vaticana.
Su renuncia y la vida como papa emérito
El 11 de febrero del año 2013, Benedicto XVI anunció que renunciaría a su pontificado, algo que sorprendió a los feligreses.
La noticia la dio mediante un mensaje en latín, durante un evento.
“He llegado a la certeza de que mis fuerzas, debido a mi avanzada edad, no se adecuan por más tiempo al ejercicio del ministerio petrino. Con total libertad declaro que renuncio al ministerio de obispo de Roma y sucesor de Pedro”, expresó.
La renuncia de un sumo pontífice no se daba desde la Edad Media, en el año 1415. En ese entonces, renunció contra su voluntad, el papa Gregorio XII, por motivos de un contexto histórico para la época.
Para encontrar un pontífice que renunció por decisión propia, hay que viajar 200 años atrás, con Celestino V en 1294. La sede papal quedó vacante el 28 de febrero de 2013, y así dio inicio un nuevo cónclave para elegir al sucesor.
Con información de Diario 2001
