Quedan apenas unas horas para que se dirima la elección presidencial turca en una histórica segunda vuelta electoral. Los ciudadanos deberán elegir quién será su presidente para los próximos cinco años. Hace no más de dos semanas, todo indicaba que el candidato de la oposición, el izquierdista Kemal Kiliçdaroglu, se iba a hacer con la victoria sin siquiera necesitar de una segunda votación, pero la realidad dio un vuelco a las encuestas y el actual presidente Recep Tayyip Erdogan se impuso con cerca de cinco puntos porcentuales aunque sin llegar al mínimo para zanjar la elección. Ahora, otros candidatos han ido anunciando sus apoyos y dibujando con creciente detalle el futuro del país.
Este miércoles el jefe del Partido de la Victoria, Ümit Özdag, declaró su apoyo al socialdemócrata Kiliçdaroglu. “Como Partido de la Victoria hemos decidido apoyar a Kiliçdaroglu en la segunda vuelta”, dijo el líder del partido filofascista y ultranacionalista en rueda de prensa tras reunirse en Ankara con Kiliçdaroglu. De igual modo, el lunes, su hasta ahora aliado político y candidato de Alianza Ancestral, el ultranacionalista Sinan Ogan, declaró su apoyo a Erdogan. Ogan, antiguo diputado del ultraderechista Partido del Movimiento Nacionalista (MHP) obtuvo el 5,28% en la primera ronda y la formación de Özdag se quedó en poco más del 2%. Estos nuevos apoyos podrían terminar de decantar la balanza para el actual presidente.
Guerra por conquistar votos
Erdogan, en cambio, no se ha mostrado tan radical con la inmigración aunque sí ha evidenciado su intención de devolver a gran parte de los refugiados sirios a su país. En este sentido, el mandatario desveló que durante su encuentro con Ogan, en el que asegura que no hizo ninguna concesión para contar con su apoyo, se abordó el proceso de repatriación de refugiados sirios y cifró en 450.000 el número de sirios que han vuelto a sus hogares en los últimos meses. “Trabajamos para garantizar su retorno seguro”, argumentó Erdogan.
Por contra, la habilidad de Erdogan para mantenerse fuerte en las zonas afectadas por el terremoto, el sur del país, puede ser también clave en su victoria. Erdogan logró ganarse el voto de los electores de las regiones afectadas en la primera vuelta prometiéndoles casas nuevas para principios del próximo año. Pese a la demora de los servicios de rescate tras el seísmo y el derrumbe de miles de inmuebles con sus ocupantes dentro, la veteranía del presidente y el poco acceso de la población rural a la información y los medios críticos con el Gobierno hace que muchos sigan apostando por Erdogan.
Kilicdaroglu y sus aliados en cambio han prometido que en caso de ganar la presidencia, revertirán el sistema presidencialista impuesto por Erdogan para devolver el poder Ejecutivo al primer ministro y relegar al presidente a un mero cargo institucional. La oposición pretende suprimir el derecho de veto del presidente, reducir los vínculos del cargo con los partidos políticos y hacer que pueda ser elegido cada siete años. Su coalición ha asegurado que se centrará en reducir la inflación al 10% y enviar a casa a 3,5 millones de refugiados sirios. Kilicdaroglu ha manifestado en ocasiones su voluntad de relanzar el largo proceso de adhesión de Turquía a la Unión Europea y restablecer la “confianza mutua” con Estados Unidos, tras años de relaciones tensas durante el mandato de Erdogan.