|| David Marcano Duarte
Fotos Cortesía
*** Según cifras de los expertos, la incidencia en Venezuela sería de 8% a 14%
En el mundo nacen cada año más de 135 millones de niños, de los cuales uno de cada 33 recién nacidos vivos se ve afectado por una cardiopatía congénita (CPC), que genera a su vez más de 3,2 millones de discapacidades al año, según cifras de organismos especializados.
Un tercio de estas anomalías son de origen cardíaco, y se estima una prevalencia de 0,5 a 9 por 1.000 nacidos vivos.
Se concluye, por tanto, que aproximadamente más de 1,3 millones de recién nacidos en el mundo tienen CPC, hecho del que se desprende una alta mortalidad por tratamiento inadecuado durante el primer año de vida, especialmente debido a que la mayoría (90%) vive en países con un sistema de salud comprometido.
Rosa Zabala, especialista en cardiología pediátrica, informó que este tipo de enfermedades del corazón, son el defecto más común a escala mundial y en Venezuela la prevalencia o incidencia de pacientes va de 8% a 14%.
No obstante, señaló que existen otros tipos que se desarrollan durante la infancia como resultado de una fiebre reumática, originada por la bacteria estreptococo, que puede provocar alteración en las válvulas del corazón, así también indicó que una enfermedad denominada Kawasaki puede provocar alteración de las arterias coronarias en los infantes.
En entrevista con El Periodiquito, la doctora explicó que entre las cardiopatías congénitas existen las de tipo cianógenas, que hacen que el niño se ponga color morado y las acianógenas, referida a insuficiencia cardíaca.
Entre las comunes está la de comunicación interauricular (CIA), que genera dilatación de la aurícula y el ventrículo derecho y la comunicación interventricular (CIV), en la que se hace un mayor esfuerzo que hacer bombear demasiada sangre a los pulmones. Si no se trata, puede producirse una insuficiencia cardíaca.
Zabala resaltó que los cardiólogos pueden tratar a los bebés antes de que nazacan, “porque desde que están en el útero se puede hacer la detección, a través de un estudio que se llama ecocardiograma fetal”.
Sobre este punto, destacó que hay alteraciones que no pueden prevenirse “porque son como al azar”, no obstante, se recomienda a las mujeres que tengan un embarazo programado y buena alimentación.
“En el caso de que tengan alguna enfermedad de base deben cuidarse aún más, evitando el consumo de bebidas prohibidas como el alcohol, porque está comprobado que causa algunas patologías congénitas”.
Explicó que hay alteraciones cardíacas que pueden darse desde que el niño nace o a medida que avanza en edad, de las que hay unas complejas “cuando el corazón viene con tantos defectos” que desde el nacimiento se diagnostica.
Por otro lado, hay niños que durante el transcurso de su infancia presentan los signos, de allí la importancia de que todas las embarazadas se hagan el ecocardiograma fetal, “porque tiene un alto índice de especificidad y certeza en la edad gestacional adecuada”.
“Una de las recomendaciones que se les da a las futuras madres es que hagan un buen control pediátrico, porque así se puede detectar algún signo o síntoma que permite diagnosticar un problema del corazón”, afirmó.
En caso de los niños que no nacen con CPC, la cardióloga pediátrica recomienda llevarlos al odontólogo, proveerlos de una dieta adecuada, desde el punto de vista nutritivo y que hagan actividad física para evitar el sedentarismo.
CARACTERÍSTICAS CLÍNICAS
Sobre las características clínicas que el paciente puede ver o referir está la exploración de un sonido en el corazón llamado soplo o el caso de las arritmias.
Indicó que también se debe estar atento a la disminución de peso corporal, cansancio fácil y progresivo, en los niños pequeños sudoración profunda y rechazo de alimentos.
“Generalmente presentan infecciones respiratorias a repetición, deformaciones toráxicas, síndromes dismórficos que quiere decir niños que nacen con características físicas anormales”, apuntó.
Por otro lado, Zabala indicó que este tipo de enfermedades también se pueden presentar en hijos de madres con lupus, resistencia a la insulina o que consuman sustancias no apropiadas. “Hay que nombrar los niños prematuros y los postérminos”.
Otra posibilidad de padecerla es por parte de los familiares, como la CIA y algunas alteraciones de las válvulas como la aorta bicúspide, es decir, el hijo de padres, abuelos o hermanos con cardiopatías puede tener una mayor predisposición.