|| César Méndez Campero
Hace menos de una semana una mayoría de venezolanos seguidores (y otros no tanto) del fútbol pedían vía redes sociales el retiro de Salomón Rondón, porque según ellos hizo poco o nada en el partido ante Colombia por la primera fecha de eliminatorias mundialistas.
Ya uno visualizaba al delantero caraqueño apoltronado en el sofá de la sala de su casa con las pantuflas puestas, viendo a la selección nacional por TV, atendiendo a la petición de los “entendidos”.
Seis días más tarde es el héroe nacional por marcar el gol de la victoria ante Paraguay (1-0) en el segundo partido rumbo al Mundial 2026.
Cómo nos pasa a todos, el almanaque pasa factura a medida que van cayendo sus hojas. A propósito de esto, leí a un colega argentino señalar en las redes que en las eliminatorias sudamericanas la experiencia es clave. Precisamente eso lo aporta Rondón, quien seguramente no tiene las mismas cualidades atléticas que tenía a sus 20, pero tiene rodaje y eso cuenta.
Lo plasmó al cobrar un penal con clase, con puntería y con frialdad. Hemos visto fallar penales a varios compatriotas en partidos importantes. No fue el caso de Salomón Rondón. Por eso, el fútbol lo reivindicó y probablemente en otro partido en el que tampoco estuvo fino.