“Parecen perros y gatos”, es una frase típica que se utiliza para hacer mención a las peleas, riñas o enfrentamientos que se dan entre hermanos, amigos, y hasta entre las parejas.
Y es que para nadie es un secreto que la relación entre estas mascotas no suele ser nada fácil; sin embargo, está demostrado que los perros y gatos se pueden llevar muy bien, incluso pueden llegar a ser buenos amigos.
Aunque no lo creas, estas mascotas pueden llevar una buena convivencia y estar tranquilos en un mismo espacio.
“Pelean como perros y gatos”
Esta frase tan común en el argot popular define la relación de dos individuos que no se aguantan y entre los que se desatan conflictos.
En el plano animal, hace referencia a la relación entre perros y gatos, la cual siempre se ha tomado como la enemistad más popular, pero, existe evidencia de que esto no es completamente cierto, ellos pueden llegar no solo a compartir, sino hasta de ser amigos.
Para lograr que esta relación sea buena deben influir muchos factores, por ejemplo, es clave cuidar el momento en que se conocen; también debes tener muy en cuenta la personalidad de cada mascota, y hasta si en el entorno compartirán con niños.
De antemano, debes tener presente que tener bajo el mismo techo a un perro y a un gato no es misión imposible, al contrario, verás que es más sencillo de lo que imaginas, es solo cuestión de conocer bien a la mascota, además, de seguir las recomendaciones de los especialistas.
Personalidad de las mascotas
El amo debe conocer la personalidad de la mascota, esto en caso de que ya se tenga a un perro o gato, desde hace algún tiempo, y llegue el nuevo compañero. Especialmente si se tratan de mascotas ya adultas.
Cabe acotar que no todos los perros toleran a los gatos y no todos los gatos toleran a los perros, puede ser alguna experiencia negativa que le provoque esa reacción. Tienes que analizar muy bien el comportamiento de la mascota antes de llegar con una nueva a casa.
Por ejemplo, si tu perro o gato es sociable, has tenido la oportunidad de que comparta con otras mascotas y se comporta bien, es un buen candidato para recibir a un nuevo compañero en casa.
En caso contrario, si tu perro o gato es solitario, no le gusta que lo consientan, no es muy amigable con otros animales, no es que sea imposible que conviva con otro animal, pero no va a ser fácil.
Dentro del proceso es muy importante la etapa de socialización que tuvieron los animales cuando cachorros. Si los tienes a ambos desde pequeños pues la tarea es aún más sencilla, pues desde pequeños se acostumbrarán a la presencia de su otra especie.
Lo complicado ocurre cuando alguno de los dos ya es adulto y debe recibir al otro, si el nuevo que llega es cachorro la situación se puede tornar más tranquila.
Primer encuentro
El día que se conozcan será fundamental para el destino de esa relación. La introducción es algo en que los expertos del comportamiento animal se enfatizan para lograr una buena convivencia entre perro y gato.
Para este primer encuentro, prepara una zona segura en donde sea posible que ellos se huelan, puedes analizar el comportamiento de ambos y luego decidir si se puede dar el siguiente paso, llevar a casa.
Expertos señalan que si el perro va a recibir al gato nuevo y el perro es muy curioso, activo, juguetón, se recomienda que lo lleves con una correa para que lo puedas controlar. No porque le vaya a hacer daño al gato, sino porque en su emoción de querer conocerlo, lo puede asustar.
En el caso de que el perro sea la nueva mascota del hogar, seguro va a estar más tranquilo porque es un lugar nuevo; pero cuando sea el momento de que el gato se acerque para olerlo, el perro puede reaccionar y asustar al gato.
Debes estar atenta con la correa para hacerle saber que tú estás ahí y controlas la situación.
En cualquier caso, lo mejor es que el gato esté libre y le adecues un espacio en donde pueda subirse y sentirse seguro.
¡Atención!
Ten presente que es normal que busquen olerse, es como la carta de presentación en los animales; no impidas que se huelan, si buscan hacerlo es porque se sienten bien.
Eso sí, si alguno de los dos se siente incómodo o se pone agresivo con la proximidad del otro, aléjalo hasta que se sientan nuevamente tranquilos.
También es normal que el gato bufe y el perro gruña si se sienten amenazados, si esto pasa, controla la proximidad entre ellos; pero no te afanes más de la cuenta, esa es la forma de cada uno de poner límites en su espacio.
Para redirigir su atención y lograr que se olviden de la tensión; debes hablar duro, llamarlos por su nombre o moverse suavemente para que no se vayan a asustar.
Es importante estar alerta y cambiar rápidamente la situación; cuando veas que el perro no para de gruñir y comienza a mostrar los dientes; y en el caso del gato ha llevado sus orejas hacia atrás, tiene el pelo erizado y la boca ligeramente abierta.
En este caso lo mejor es actuar rápido, estas señales indican que el perro y el gato están a punto de atacar y lo mejor es; primero tratar de llamar la atención para que se distraigan y segundo sacar a alguno de los dos del espacio donde están.
Se recomienda que sea al perro, ya que lo llevas con correa y es más fácil de manejar; el gato en ese estado de alerta si lo llegas a alzar te puede rasguñar sin querer.
Proceso de adaptación entre perros y gatos
Cualquier cosa puede pasar. Con la llegada de un nuevo miembro a la familia, el comportamiento de todos puede cambiar. Si comienzas a ver “accidentes” como alguna orinada, algún mueble dañado o cosas destrozadas, mantén la calma.
Es normal y es la forma del perro y gato de manifestar su descontento por el cambio; es muy importante que no los regañes y tampoco los maltrates. Sí debes hacerles entender que está mal lo que hicieron, pero nunca tomar una actitud negativa frente a lo sucedido.
Importante
Recurre a la educación en positivo, que es reforzar con ayuda de golosinas y caricias, el comportamiento bueno que tenga la mascota.
También es muy importante que no tengas algún “favoritismo” por la mascota nueva de la casa, deberás darles amor y atención por igual. Por ejemplo, si es la hora del desayuno y vas a servir el alimento; deberás hacerlo primero al más antiguo de la casa y continuar con el nuevo.
Cada mascota deberá contar con sus platos, sus camas y sus juguetes; así mismo con sus espacios. Es decir, si en cierto lugar le sirves el desayuno a tu perro, busca otro para servirle el desayuno al gato, por ejemplo.
Respeta sus ritmos, a veces acostumbrarse a la presencia de otro animal es cuestión de horas, otras veces de semanas; por lo que se debe evitar situaciones extremas de tensión y estrés, cortándolas siempre en positivo y con calma.
Finalmente, no los dejes solos. Los primeros encuentros siempre deben ser bajo supervisión y en un ambiente tranquilo.
Con información de Diario 2001