Existen varias sustancias que nunca deben aplicarse en el rostro, ya que pueden causar daños severos en la piel o empeorar condiciones existentes. Estas incluyen sustancias abrasivas, ingredientes que causan irritación, y químicos demasiado fuertes. A continuación, se explican algunas de las principales sustancias a evitar y por qué.
Alcohol puro
Aunque algunos productos de cuidado facial contienen alcohol en pequeñas cantidades, el uso de alcohol puro es muy agresivo. El alcohol deshidrata la piel, eliminando sus aceites naturales y debilitando su barrera protectora. Esto puede provocar irritación, enrojecimiento y empeorar problemas como el acné.
Peróxido de hidrógeno
Aunque se usa para limpiar heridas, es demasiado fuerte para aplicarse en el rostro, ya que puede causar irritación y sequedad extrema. Además, al ser un agente oxidante, puede dañar las células de la piel, retardando la curación y generando reacciones adversas.
Bicarbonato de sodio
Aunque es popular en remedios caseros, su nivel de pH es muy alcalino en comparación con el de la piel, que es ligeramente ácido. Aplicar bicarbonato de sodio en el rostro altera este equilibrio natural, lo cual puede causar irritación, sequedad, y sensibilidad.
Jugo de limón
Debido a su alta acidez, el jugo de limón puede causar una fuerte irritación e incluso quemaduras químicas, especialmente si la piel se expone al sol después de aplicarlo. Además, puede empeorar la hiperpigmentación y causar una condición llamada fitofotodermatitis.
Pasta de dientes
Muchas personas creen que la pasta de dientes puede secar el acné, pero sus ingredientes abrasivos pueden irritar la piel y provocar quemaduras, enrojecimiento y empeorar el acné.
Vinagre
Aunque es popular en algunos remedios caseros, el vinagre, especialmente el de manzana, es altamente ácido y puede causar quemaduras químicas, irritación y desbalancear el pH de la piel.
Es importante consultar a un dermatólogo antes de aplicar ingredientes caseros o sustancias no diseñadas específicamente para el rostro.