¿La gata está en celo? El celo es un periodo totalmente natural y habitual en los animales. Este es un proceso que forma parte de su naturaleza reproductiva.
Los dueños de felinos suelen sentir preocupación cuando de este tema se trata, sobre todo cuando es primera vez que llevan a un gato a casa.
Sin embargo, deben tener en cuenta que es una situación completamente normal a la que se deben acostumbrar, y por ello aclaramos las posibles dudas que tenga referente a ello.
¿Qué es el celo?
Es el periodo fértil del ciclo sexual de la gata. Durante este proceso natural, la gata acepta mantener relaciones sexuales con el macho, esto con el objeto de poder quedar preñada.
Según los expertos, cuando la gata se encuentra en esta fase de su vida, su organismo se ve sometido a una serie de cambios hormonales y toda su energía se enfoca en conseguir una pareja para procrear.
El primer celo suele coincidir con el momento en que la gata alcanza la pubertad; y esto es habitualmente entre los primeros seis y ocho meses de edad.
El proceso
Durante el celo la gata experimenta cambios de conducta y esto puede resultar difícil de abordar para quienes conviven día a día con esta mascota.
La recomendación es ser siempre lo más comprensivo posible y paciente con el animal, pues el celo puede incluso generarle estrés a la gata.
Cabe acotar que el celo responde a distintas fases y por tanto la duración dependerá de ello.
Durante el proestro, la gata emite maullidos muy intensos y muestra más afecto del habitual a sus propietarios. Este periodo puede durar de uno a tres días.
Luego le sigue el estro, un periodo en el que la gata está plenamente receptiva a mantener relaciones sexuales.
La duración del estro es variable y dependerá de la presencia de otros machos o hembras en celo en el entorno y de los factores climatológicos. Un estimado es que la duración sea entre cuatro a seis días.
En este sentido, la hembra emitirá una serie de señales para hacer saber al macho que está dispuesta a aparearse.
Te contamos cuáles son para que aprendas a identificarlas y puedas proporcionarle los cuidados necesarios.
Señales
– Es posible que la gata tenga maullidos intensos y más frecuentes de lo habitual, especialmente al atardecer y durante la noche.
Este es el recurso que la gata utiliza para llamar la atención de los gatos machos que estén a su alrededor; sin embargo, estos maullidos pueden ser realmente molestos y en ocasiones pueden confundirse con el llanto de un bebé.
– Es posible que durante el celo, la gata se encuentra en un estado de nerviosismo y agitación considerable, moviéndose de un lado a otro continuamente.
Esa actitud inquieta se verá reflejada al frotarse y rozarse con objetos y hasta con las personas. También es frecuente que se tumbe panza arriba o se revuelque por el suelo.
– Una gata en celo está mimosa y cariñosa. Buscará llamar la atención y exigirá caricias constantemente.
También es probable que presente pérdida de apetito y hasta se orine en lugares indeseados para esparcir sus feromonas y así aumentar las posibilidades de atraer a los machos.
– De manera frecuente se lamerá sus órganos sexuales, que durante el celo están más inflamados de lo habitual.
– Mostrarán una postura de apareamiento cuando se les acaricia. La gata estirará las patas, arqueará la espalda y levantará la cola para dejar su zona genital a la vista.