El 28 de Julio votaremos para elegir al Presidente de la República.
Ese día será un hito para la historia; pacíficamente decidiremos el mañana de todos.
Tras veinte y cinco años de fracasos, peleas estériles, enfrentamientos entre los extremos que solo han perjudicado a las grandes mayorías nacionales, se tiene la gran oportunidad de dejar atrás la tragedia que sufrimos.
Un nuevo gobierno nacido de la voluntad popular hará posible reinsertar a Venezuela en el escenario internacional; desmontar el cerco extranjero; recuperar la economía con inclusión social; garantizar sueldos, salarios, jubilaciones y pensiones suficientes que permitan una vida digna a las familias; facilitar el regreso a casa de los millones que se han marchado; priorizar la atención a la educación y la salud; relanzar la industria petrolera, gasífera y minera, impulsar la producción agropecuaria; multiplicar las oportunidades para jóvenes, mujeres y a los pueblos originarios; gerenciar con eficiencia y sin exclusiones los programas social.
Servicios públicos de calidad; reservación del ambiente; la vuelta a la descentralización, la no reelección y el acortamiento del mandato presidencial; transparencia en la administración pública; respeto a ultranza de los derechos humanos –un gobierno sin perseguidos, sin perseguidores; la potenciación de la ciencia y la tecnología; maximizar la seguridad urbana y rural; el fortalecimiento de la Fuerza Armada Bolivariana, la mayor atención a los hombres y mujeres de uniforme; defensa a ultranza del Esequibo que es de Venezuela para que el Estado entre en plena posesión de esas tierras y mares, son igualmente ítems relevantes a alcanzar.
Un gobierno de consensos, entendimientos, capaz de incorporar a los mejores sin detenerse a ver su filiación político-partidista, de unidad nacional, transformará a nuestro país en el mejor del mundo.
Solo restan poco más de cuatro meses k
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Si no votas estás votando por el “continuismo”.
¡Ya basta!: conquistemos el mejor futuro.
