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martes 5, noviembre 2024

VIVE LA NOTICIA A TRAVÉS DEL DIARIO LÍDER DEL ESTADO ARAGUA Y LA REGIÓN CENTRAL DEL PAÍS

LA PRIMERA INDUSTRIA

|| Ramón Guillermo Aveledo

El petróleo es “la primera industria nacional”, los venezolanos lo repetimos como verdad absoluta e irrefutable, aún en su situación de estos años, pero lo cierto es que es la tercera, sólo que las dos primeras no tienen una demanda internacional que derive en cotización interesante como para que las exportemos con éxito. Si lográramos que nuestra elevada producción en las otras dos pudiera llegar a los mercados de otros países, sin duda dispondríamos de enormes recursos, nuestra balanza de pagos sería eternamente superavitaria y el PIB alcanzaría niveles equivalentes a los de los países más ricos del planeta. Ni siquiera el despilfarro y la corrupción que tanto tragan, lograría drenar esos montos generados en grado sustancial.

Lástima que no se conozca alguna economía del mundo interesada en importar esa producción, así que tenemos que conformarnos con destinarla totalmente a abastecer el consumo interno, aparentemente insaciable.

¿De qué hablo? ¿Qué producimos aquí más que petróleo? ¿Qué eso abundante y no transable? Obviamente, hablo de la envidia y la excusa.

La segunda industria más productiva del país es la envidia. Tanto que con base en ella se han desarrollado exitosas carreras, incluso en el campo de la política. La envidia, ese sentimiento de tristeza o rabia por lo que otro tiene, cunde. Nos cuesta admitir el mérito ajeno. Si alguien es reconocido, premiado, ascendido, no es porque lo merezca, sino por palanca o trampa. Si hace dinero, debe ser por picardía o corrupción. Si es popular o poderoso debe tratarse de un embaucador o embaucadora que engaña a idiotas que se dejan timar. La envidia es el combustible para los populismos.

Pero nuestra industria líder, indiscutiblemente, es la excusa. Producimos argumentos para explicar fallas, justificar omisiones o incumplimientos de modo de eludir nuestra responsabilidad. Cada vez que nos escuchemos decir “lo que pasa es…”, “lo que pasó fue…” o simplemente “es que…”, estamos contribuyendo a que ésta sea una de las sociedades con más excusa per capita que conozcan las estadísticas mundiales. Excusa individual o colectiva, civil o militar, económica, social, política, cultural, pero el mayor aporte a ese PIB lo hace el sector público que en su modalidad más reciente busca endosar a otro, aquí o afuera la culpa de sus carencias, preferiblemente agregándole envidia.

Trabajo bien hecho y espíritu de logro en vez de envidia y excusa, nos pondrán en el camino al desarrollo.

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