Desde niños se inculca que comer frutas y vegetales es bueno para la salud, que eso ayudará a crecer sano y fuerte, a tener buena memoria y un sinfín de maravillas.
No obstante, con el paso del tiempo, aunque las personas saben que se deben ingerir entre 3 y 5 porciones de frutas al día, esto se queda en palabras, y se ingiera lo que se puede y cuándo se puede, obviando que realmente la ingesta de estos alimentos es beneficioso para la salud y el correcto funcionamiento del organismo.
Los expertos en nutrición indican que una manera de incorporarlas es en el desayuno, las meriendas y en la cena, creando un contraste de sabores junto a otros alimentos salados, por ejemplo.
Las frutas
Es fundamental que las frutas se consuman siempre enteras, ya que al consumirlas en jugos se pierden algunas propiedades, por ejemplo, la fibra y la sensación de saciedad que se percibe cuando se mastican.
Lo mejor, es lavar las frutas muy bien y consumir incluso con la piel, siempre que se pueda.
Fresas
Ingerir entre cinco y seis fresas al día es suficiente para cubrir la dosis diaria recomendada de Vitamina C. Su consumo reduce el riesgo de desarrollar distintos tipos de Cáncer, como el de mama y estómago.
También ayuda a reducir la presión arterial, garantizando la salud cardiovascular.
Limón
Es conocida por su alto contenido de vitamina C y es particularmente útil para promover la salud del corazón, pues reduce los lípidos en la sangre y la presión arterial.
Además, estudios muestran que el ácido cítrico en el jugo de limón tiene la capacidad de tratar los cálculos renales.
Patilla
Esta fruta tiene la propiedad de refrescar e hidratar, por lo tanto cuida incluso la piel. Combate los radicales libres, previniendo la aparición de manchas de la edad, líneas de expresión y arrugas; hidrata y humecta la piel.
La patilla contiene un tipo de aminoácido que favorece la dilatación de los vasos sanguíneos, ayudando a reducir la presión arterial, y previene los accidentes cerebrovasculares y ataques al corazón. Estimula el sistema inmunológico y aporta energía.
Lechosa
Contiene papaína, un tipo de enzima que mejora la digestión, Su alta cantidad de enzimas digestivas, la hace recomendable para las personas con trastornos pancreáticos y fibrosis quística, protege de dolencias estomacales.
Además, reduce la inflamación y acelera la curación de quemaduras y heridas internas y externas.
Entre otros beneficios podemos destacar: refuerza el sistema inmunológico; protege los riñones de problemas de insuficiencia renal; protege el corazón, limpia la grasa de las arterias; elimina los parásitos intestinales; tiene propiedades curativas en casos de ictericia, palidez, diabetes, asma, tos proveniente de los pulmones y tisis pulmonar.
Piña
Su consumo combate las células cancerígenas y diversos tipos de infecciones bacterianas. De igual manera, ayuda a metabolizar los alimentos, por lo que tiene propiedades diuréticas. Mejora las defensas y fortalece el sistema inmunológico; previene el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares; alivia el dolor en las articulaciones y la artritis; regula las funciones intestinales, incluso tiene efecto laxante y reduce la inflamación intestinal; evita la retención de líquidos, y es utilizada en tratamientos anticelulíticos; favorece la absorción del hierro en el organismo; ayuda a tratar la bronquitis y la sinusitis.
Mango
El mango contiene vitamina C, fibra soluble, y además propiedades antioxidantes y antiinflamatorias que pueden ayudar a reducir el riesgo de enfermedades, como la diabetes y el cáncer. También cuida la vista; evita la anemia y mejora la memoria.
Aguacate
El aguacate es una fruta baja en calorías y está compuesto principalmente de grasas saludables y potasio.
La mayoría de la grasa del aguacate es ácido oleico, una grasa vinculada a la reducción de la inflamación y a la salud del corazón.
Un consumo adecuado de esta fruta ayuda a reducir la presión arterial y evitar accidentes cerebrovasculares.
Razones para comer frutas
– Los antioxidantes de las frutas previenen el envejecimiento prematuro de las células, permitiendo lucir una piel más limpia, joven, suave y sana, además de mejorar la calidad de vida.
– Son una fuente de agua, vitaminas, minerales y fibras que favorecen la salud del organismo.
– Ingerirlas diariamente ayuda a prevenir distintas enfermedades como problemas cardiovasculares, trastornos digestivos, algunos tipos de cáncer y enfermedades neurodegenerativas, evita el sobrepeso y la obesidad.
– Son bajas en calorías y grasas.
– Ayudan a regular el tránsito intestinal y evitar el estreñimiento.
– Son fuente de vitaminas, las más comunes: A, B, B1, B2, B3, B5, B6, B9, C y K.