Un estudio realizado en 130 países demuestra que el cambio climático afecta a los niños y, especialmente, a los de las zonas con ingresos medios y bajos.
Así lo recoge el artículo ‘Clima, tiempo y salud infantil: cuantificación de los beneficios colaterales para la salud’, publicado en Environmental Research Letters que revela una brecha tras combinar amplios datos de salud infantil de varios países con datos climáticos de alta resolución.
La investigación realizada por Shouro Dasgupta, del Centro Euro Mediterráneo sobrel el Cambio Climático (CMCC), y Elizabeth Robinson, directora del Instituto de Investigación Grantham sobre Cambio Climático y Medio Ambiente, señala que cuantificar los efectos negativos del cambio climático en la salud infantil e identificar las zonas donde los menores corren mayor riesgo puede favorecer la formulación de políticas basadas en la evidencia.
La investigación se centra especialmente en el estudio de los impactos del cambio climático en la salud de los niños en países de ingresos bajos y medios, tras una revisión científica reciente que notó la falta de atención a los efectos en la población infantil en esas naciones.
El cambio climático impacta negativamente la salud de las personas de maneras complejas que varían con el tiempo y entre regiones, dice el estudio, con efectos directos como el aumento de la mortalidad durante las olas de calor y efectos indirectos como cambios en la propagación de enfermedades infecciosas.
Según el análisis de los datos, el cambio climático en esos países influye en la mortalidad, la emaciación (pérdida de masa corporal) y en el retraso del crecimiento en un segmento de la población particularmente vulnerable a los impactos del cambio climático.
El estudio identifica, por ejemplo, una relación compleja y no lineal entre los aumentos de temperatura y los resultados de salud infantil. Sin embargo, los resultados muestran que tanto los aumentos graduales de la temperatura como los impactos climáticos agudos, así como las sequías y las olas de calor, impactan negativamente en la salud de los niños.
Dasgupta, primer autor del estudio, precisa que “tanto los impactos climáticos graduales como los agudos empeoran la salud infantil”.
En su opinión, “se prevé que estos impactos serán mayores en el futuro a medida que aumente la temperatura y aumente la frecuencia e intensidad de los eventos extremos”.
Según los datos, se prevé que Arabia Saudita, Chad, Kuwait y Burkina Faso experimentarán los mayores aumentos de la mortalidad infantil en el mediano plazo, mientras que Sudán, Etiopía, Kenia, Níger, Malí y Mauritania enfrentan los mayores riesgos a largo plazo.
Por ello, el estudio subraya los importantes beneficios para la salud de los niños el alcanzar escenarios de bajas emisiones, recogidos en el Acuerdo de París sobre cambio climático.
El artículo destaca “los claros beneficios colaterales para la salud que se pueden obtener en todo el mundo con mayores esfuerzos tanto para reducir las emisiones como para adaptarse al clima ya cambiante”, asegura Robinson, otra autora del estudio.
El estudio resulta crucial para los tomadores de decisiones políticas, según el CMCC que subraya la importancia de la incorporación de datos socioeconómicos con la ciencia climática.
Con información de EFE