La ministra del Interior y Seguridad Pública de Chile, Carolina Tohá, confirmó este miércoles la realización de vuelos de expulsión de inmigrantes en situación irregular en viajes de la Fuerza Aérea (FACH) y aviones comerciales.
“En los flujos migratorios, sobre todo cuando son masivos, se meten entre medio personas que vienen con una agenda criminal y en este caso además organizaciones criminales y ante eso no se puede ser ingenuo», señaló Toh, consultada por la necesidad de concretar expulsiones.
“En ese caso, no se puede dar un trato solamente con la mirada de la migración, hay que dar un trato con la mirada de la seguridad, la integridad y la protección del país”, agregó la secretaria de Estado.
Durante los últimos días, el gobierno de Gabriel Boric ha sido presionado por la oposición para expulsar a 12.000 inmigrantes irregulares antes de fin de año, línea que fue criticada por el propio mandatario al señalar que es «materialmente imposible».
En una entrevista con Radio Duna, la jefa de la cartera de Interior detalló el curso que seguirán las expulsiones, acción que contempla una inyección de 1.400 millones de pesos (cerca de 1,5 millones de dólares) para dos vuelos comerciales y uno de la FACH hacia Venezuela y Colombia o República Dominicana.
“El tema es que la legislación internacional exige que por cada persona que se expulsa haya dos personas de la policía que los escolta. Entonces, efectivamente esto tiene costos muy importantes, porque hay que pagar esos pasajes también, y distrae funcionarios”, explicó Tohá.
«Eso no es un obstáculo para expulsar. En todo este tiempo no hemos estado limitados por los recursos ni por los funcionarios, lo que nos limita son los requisitos que son tan complejos», agregó.
Según datos entregados por la Policía de Investigaciones (PDI) al Observatorio de la Migración Responsable en septiembre pasado, casi 35.000 personas ingresaron de forma irregular a Chile desde enero hasta agosto de este año, proyectando superar los 50.000 para fin del periodo.
La migración irregular no es un fenómeno nuevo en Chile, pero desde 2010 hasta 2021 la cifra se disparó exponencialmente.
Desde 2021 Chile vive una crisis migratoria que afecta principalmente a las regiones del norte, que colapsaron pequeñas localidades fronterizas como Colchane, donde en los últimos años han fallecido decenas de personas intentando ingresar por rutas clandestinas.
La mayoría de los extranjeros en Chile proceden de Venezuela, Perú, Haití y Colombia.