A falta de once días para la toma de posesión de Javier Milei como presidente de Argentina, el libertario ha pronosticado dos años “duros” de estanflación para intentar arreglar las cuentas del país, que se tendrán que hacer con un fuerte recorte de gasto público. Y ha advertido de la necesidad de poner fin a “este jubileo irresponsable” en las cuentas estatales para evitar “una inflación del 14.400%” en los próximos años.
La principal obsesión de Milei es evitar una crisis como la de 1975, que dio pie al golpe de Estado del general Videla al año siguiente. En aquel año, el ministro de Economía, Celestino Rodrigo, anunció un paquete de ‘shock’ de subidas en los precios: el tipo de cambio del dólar aumentó entre un 100% y un 200%, la electricidad subió un 75% y la gasolina, más de un 180%. Mientras, los salarios se limitaron a subir un 40%, provocando una fuerte caída del nivel de ingresos. El resultado fue una inflación de tres dígitos, la primera vez que ocurrió en el país, y una campaña de protestas y manifestaciones que acabaron en desórdenes sociales, un entorno que aprovecharon los militares para tomar el poder por la fuerza.
En una entrevista con Radio La Red tras su visita a la Casa Blanca, el presidente electo avisó que, en aquel momento, el exceso de dinero en circulación era del 5% del PIB, mientras que ahora es del triple, del 15%. Por su parte, la cantidad de dinero actualmente invertido es cuatro veces más que en aquel momento. Y el ajuste de entonces hizo que la inflación se multiplicara por 6. En total, si se multiplica por 72 el nivel de inflación actual, “acabás con un 14.400%” anual, peor que en la hiperinflación de 1990 que antecedió al último intento de dolarización en Argentina.