El río de lava del volcán de La Palma llegó al Océano Atlántico, causando enormes columnas de vapor y gases tóxicos que llevaron a las autoridades a pedir el miércoles a los residentes fuera de la zona de evacuación que eviten estar al aire libre.
La zona llevaba varios días desalojada mientras las autoridades esperaron por más de una semana a que la lava, que comenzó a emanar el 19 de septiembre, recorriese los 6,5 kilómetros (4 millas) hasta la costa.
Desde la cordillera volcánica de Cumbre Vieja, las coladas han afectado a 744 edificaciones, de las que 656 están destruidas, en su mayoría viviendas, en su imparable camino hacia el mar. Los expertos habían advertido que este fenómeno podría provocar pequeñas explosiones y liberar gases tóxicos que podrían dañar los pulmones.
Más de 6.000 personas tuvieron que abandonar sus hogares, pero hasta el momento no ha habido heridos ni muertos, aunque sí graves daños materiales.
Con información de Portales Web