Este miércoles el gobierno chileno informó que en los próximos días instalará varios albergues en el norte del país para asistir a los migrantes venezolanos que se encuentran varados tras cruzar la frontera por pasos ilegales en la que es la mayor crisis migratoria en la historia reciente del país.
“Tenemos que hacernos cargos de una realidad, han ingresado miles de personas, fundamentalmente ciudadanos venezolanos, aunque no es la única nacionalidad que ingresa, y para eso hemos definido un fortalecimiento de las medidas humanitarias”, indicó el ministro chileno de Interior, Rodrigo Delgado.
Delgado explicó que se instalarán albergues en las localidades fronterizas de Colchane y Huara donde se les entregarán artículos de primera necesidad, pero también en Iquique, la primera gran urbe que los migrantes encuentran a su llegada desde Bolivia.
También se construirán centros para niños en colaboración con Unicef y el Hogar de Cristo y se entregarán “vouchers” para que los migrantes puedan alojarse en hostales asociados a la Organización Internacional para las Migraciones (OIM).
El paso fronterizo entre la pequeña localidad chilena de Colchane y Bolivia, una zona andina a más de 3.600 metros de altura sobre el nivel del mar con temperaturas extrema y donde ya han muerto al menos doce personas en lo que va de año, se ha convertido en los últimos meses en ruta habitual para que extranjeros lleguen a Chile de manera irregular.
“En los últimos 15 días los ingresos clandestinos en esa zona, con las medidas que hemos tomado, han ido a la baja progresivamente, y estamos monitoreando en tiempo real esos números”, dijo Delgado, quien también anunció un reforzamiento de la seguridad y la vigilancia en la zona con más efectivos policiales y satélites.
Con el objetivo de frenar la entrada ilegal, el presidente chileno, Sebastián Piñera, promulgó en abril una nueva ley de migración más estricta que obliga a los extranjeros a obtener visados en sus países de origen y permite las deportaciones.
Con información de UR