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La instalación el pasado sábado de un perímetro de vallas en torno al domicilio de la vicepresidenta argentina, Cristina Fernández de Kirchner, elevó la tensión en las calles de Buenos Aires, con choques entre policías antidisturbios y un grupo de simpatizantes de la expresidenta del país (2007-2015).
Al cabo de la tensa jornada y aclamada por miles de manifestantes y entre gritos de “Cristina presidenta”, Fernández de Kirchner pronunció un discurso nocturno en el que pidió la retirada y el abandono de la protesta por parte de sus seguidores, aunque no escatimó en críticas a la oposición y especialmente al alcalde de Buenos Aires, Horacio Rodríguez Larreta, cuyo gobierno municipal ordenó la instalación de estas vallas en la madrugada del sábado.
“Tenemos que pedirle a la oposición, sobre todo ahora que se avecina una nueva campaña presidencial, que dejen de competir entre sí para ver quién odia más y quién le pega más a los peronistas”, aseguró Cristina Fernández sobre un escenario improvisado a las puertas de su domicilio.