Rusia afirmó este sábado que había logrado frenar el avance de una sorpresiva incursión militar de Ucrania en su territorio lanzada hace seis días y que tomó a las fuerzas de Moscú por sorpresa y expuso las vulnerabilidades de las tropas del Kremlin.
La ofensiva ucraniana, lanzada el pasado seis de agosto sobre la región rusa de Kursk, al noreste del país, es la más grande y la primera dentro del territorio enemigo desde el inicio de la guerra en febrero de 2022. Además, incluyó el desplazamiento de al menos 1.000 soldados, tanques y artillería, que asaltaron la región y atacaron posiciones estratégicas de las fuerzas de Moscú.
La operación también obligó a Rusia declarar emergencia en la zona, a reforzar la región y a evacuar más de 76 mil residentes de la zona, según el Ministerio de Emergencia ruso. Los combates continuaban este domingo en la región, a casi 250 kilómetros al norte de Járkiv. Algunos registros de los enfrentamientos han captado a tanques y artillería ucraniana destruyendo vehículos blindados, camiones e infraestructura al otro lado de la frontera.
Sin embargo, Rusia parece reafirmarse. El Ministerio de Defensa aseguró el domingo que las fuerzas ucranianas han sufrido hasta 1.350 bajas desde el pasado 6 de agosto, cuando recrudecieron las hostilidades.
También afirmó en un comunicado, haber impedido “intentos de avance” de “grupos blindados móviles” enemigos cerca de las localidades de Tolpino, Jouravli y Obchtchi Kolodez.
“RESPUESTA ADECUADA”
Zelenski rompió este domingo el silencio que había mantenido desde el inicio de la operación en Kursk: el presidente ucraniano justificó el domingo la incursión de las tropas de Kiev en la región rusa y afirmó que los bombardeos lanzados desde esta zona han tenido como objetivo frecuente el territorio ucraniano a lo largo del verano.
“Agradezco a cada unidad de nuestras Fuerzas de Defensa que hace que esto suceda. Ucrania está demostrando que realmente sabe cómo restablecer la justicia y garantiza exactamente el tipo de presión que se necesita: presión sobre el agresor”, subrayó anoche Zelenski.
También afirmó en su discurso diario que el ejército ruso había disparado cerca de 2.000 proyectiles contra la región ucraniana de Soumy desde la región de Kursk en los últimos meses.
“Tales bombardeos merecen una respuesta adecuada”, afirmó.
Como muestra de la gravedad de la situación, Rusia declaró el sábado el estado de excepción en tres regiones fronterizas con Ucrania, mientras que Belarús, aliada de Moscú, envió refuerzos a su frontera con Ucrania, acusando a Kiev de violar su espacio aéreo.
INCENDIO EN LA CENTRAL DE ZAPORIZHIA Y UN MISIL LANZADO POR RUSIA IMPACTA KIEV
Este domingo, tanto Rusia como Ucrania intercambiaron acusaciones sobre la responsabilidad de un incendio en la central nuclear de Zaporizhia. La central fue ocupada por Rusia en marzo de 2022. El Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) de la ONU, que está presente en la planta de seis reactores, dijo que sus expertos habían visto un humo fuerte y oscuro procedente de la zona norte de la planta, en el sur de Ucrania, tras múltiples explosiones, según informó Reuters.
Zelenski acusó a Moscú de provocar el incendio que —según dijo— era visible desde la ciudad de Nikopol, controlada por Kiev y que da a la central controlada por Rusia. Mientras que Evgeny Balitsky, un funcionario ruso instalado en el sur ocupado, acusó a las fuerzas de Kiev de provocar el incendio bombardeando la cercana ciudad de Enerhodar que, al igual que la planta, fue capturada por Rusia poco después de su invasión de febrero de 2022.
El OIEA dijo que no se había informado de ningún impacto en la seguridad nuclear del emplazamiento.
Un niño de 4 años y su padre, de 35, murieron en un ataque aéreo ruso nocturno en las afueras de Kiev, según informaron el domingo las autoridades ucranianas. Otras tres personas, entre ellas un adolescente, resultaron heridas en el ataque al este de la capital, en el que, según el presidente Volodímir Zelenski, se utilizó un misil de fabricación norcoreana.
Con información de France 24
