|| David Marcano Duarte
***Sostienen que es un problema que arrecia desde hace seis meses con las apuestas de caballos
Un grupo de vecinos de la urbanización La Maracaya, ubicada en la avenida Fuerzas Aéreas de Maracay, municipio Girardot del estado Aragua, denunció que clientes del restaurante El Trapiche, donde llevan a cabo apuestas de caballo y otros tipos de juegos de envite y azar, utilizan como parqueadero de motos y carros el frente de sus viviendas.
Destacaron que aunque esta situación data de hace varios años, ha arreciado desde al menos hace seis meses, debido a que los hijos del propietario (fallecido) asumieron la administración y “no respetan la convivencia vecinal”, al punto que irrumpen la cotidianidad de las personas que por años habitan la zona, en su mayoría de la tercera edad.
En este sentido, uno de los comerciantes mencionó que los días más críticos son viernes, sábado y domingo entre las 2:00 pm y 6:00 pm, justo cuando funciona como centro de apuestas.
“Los motorizados irresponsablemente se estacionan en las entradas de las casas y los vehículos por ambos sentidos de la calle de servicio, pese a la presencia de una persona que funge como parquero del negocio. Entre todos irrumpen la paz y tranquilidad de quienes aquí hacemos vida y eso no es tolerable”, dijo una vecina que prefirió mantener su nombre en el anonimato.
Destacaron que adicionalmente instalaron mesas de pool y maquinitas de juegos en un área habilitada en el segundo piso, lo que aunado al volumen de la música, genera sonidos estridentes que afectan a todo el vecindario.
Igualmente, se indicó a El Periodiquito que los inconvenientes por el irrespeto de la acera están a la orden del día
Cimentaron que hace pocas semanas una señora de avanzada edad esperó tres horas para entrar a su casa, ya que en la puerta del estacionamiento ubicaron seis motos y los propietarios tardaron ese tiempo en atender el llamado para quitarlas.
Reiteraron que muchos hacen sus necesidades fisiológicas en las santamarías, portones y paredes residenciales.
Comentaron que, en una oportunidad, observaron cómo sacaron gasolina de una moto para comercializarla, “contaminando el medio ambiente, ya que en muchas ocasiones la dejan derramar e impregnan de olores tóxicos las casas cercanas”.
En este sentido, subrayaron que desde el año 2007 han denunciado esta situación ante las diversas instancias gubernamentales como prefecturas, comisarías y alcaldía de Girardot, sin tener respuesta.
“Si bien es cierto, no hubo una respuesta contundente, pero en su momento se logró firmar con el propietario original una carta de mutuo acuerdo y compromiso, aunque los hijos lo han irrespetado por completo”, acotó otra de las residentes de la zona.
Exhortaron a las autoridades con competencia en esta materia a intervenir y tomar cartas en el asunto, “porque se está convirtiendo en una situación insoportable y los causantes omiten los reclamos”.
NORMAS INCUMPLIDAS
Sobre el tema, el abogado Luis Dorantes, destacó que en este caso se pudiera inferir que se trata del incumplimiento de las normas de convivencia ciudadana, “porque claramente los responsables del mencionado establecimiento en reiteradas oportunidades no acataron las reglas de conducta establecidas en los diferentes instrumentos jurídicos de carácter normativo”.
Mencionó que en Venezuela la convivencia ciudadana está conceptualizada como la conducta y actitud cívica, pacífica y armoniosa asumida por una comunidad y sus individuos conforme a la ley, la cual se basa en las normas, valores y principios establecidos como deberes y derechos de los ciudadanos, sin afectar la tolerancia, el buen vivir y las buenas costumbres.
¿QUIÉN DICTA LAS NORMAS DE CONVIVENCIA?
En torno a la creación de las normas de convivencia, el abogado indicó que son emanadas por una autoridad competente con el fin de regular la conducta del ser humano, así como también velar para que las cumplan, ya que en caso contrario puede generar sanciones.
En este sentido, explicó que como ente regulador fungen todos los organismos del Poder Público regional, municipal, comunal y la ciudadanía en general, a objeto de generar y garantizar la convivencia ciudadana en forma coordinada.