Los gatos se cuentan entre ese conjunto de los animales con los que más convivimos los humanos:, de los mamíferos son, junto a los perros, las mascotas preferidas de la gente.
Conoce 23 curiosidades que tal vez aún no conoces sobre los gatos.
Vida de gato
El primer año de vida de un gato es igual a los primeros 15 años de un ser humano. Después de su segundo año, un gato tendría 25 años humanos. Y posteriormente, cada año de vida de un gato equivale a unos 7 años humanos. La media de edad de un felino está en los 16 años.
Como faraones
En el Antiguo Egipto los gatos eran absolutamente venerados. Su labor como cazadores de ratones en los campos de cereales del Nilo eran muy valorado y su robo o venta podía ser penado hasta con la muerte.
Buenas narices
Las fosas nasales de un gato tienen 19 millones de terminaciones nerviosas mientras que el ser humano solo tiene cinco millones.
Sensores bigotudos
Los bigotes de los gatos cumplen una misión fundamental en su vida. Actúan como sensores y les ayudan a orientarse cuando caminan, por ejemplo, a oscuras. También los usan para medir las distancia con otro objeto (como por ejemplo un hueco por el que se quieren meter). Por lo tanto, jamás hay que cortárselos.
Muy descansados
Los gatos duermen una media de 16 horas. En total, pasan un 70% del día durmiendo y otro 15% acicalándose.
Similitudes cerebrales
El cerebro de un gato se parece en un 90% al del ser humano. Tenemos más similitudes con ellos que con los perros.
El gran salto
Los gatos pueden saltar hasta 6 veces su tamaño y desde más de tres metros de altura gracias a los fuertes músculos de sus patas traseras y a la flexibilidad de su espina dorsal.
Ay, qué sudores
¿Los gatos sudan? Sí lo hacen, solo que en su caso las glándulas sudoríparas se localizan entre las almohadillas de las patas, la barbilla, el ano y los labios.
Expresión oral
Los gatos son capaces de hacer cerca de 100 sonidos diferentes, mientras que los perros solo llegan a diez.
Radares en las orejas
Las orejas de los felinos están compuestas por nada más y nada menos que 32 músculos, gracias a ellos pueden moverlas a modo de radar a las distintas fuentes de sonido.
Sensibilidad auditiva
Además, su capacidad auditiva es increíble. Son capaces de oír sonidos a 64 kHz mientras que los humanos solo alcanzan los 20 kHz. Por lo tanto su audición es al menos cinco veces más aguda que la del hombre.
Siete vidas
El gato con el récord de la caída más grande se llamaba Andy. Cayó desde el piso 16 de un edificio y sobrevivió.
El más grande
En la raza de gato más grande, el macho promedio pesa alrededor de nueve kilos.
Cuestión de vista
Los gatos no pueden ver directamente debajo de su nariz.
Muchos dedos
Los gatos tienen cinco dedos en cada pata delantera, pero sólo cuatro en la parte posterior. Sin embargo, no es raro que los gatos tengan dedos extra. En alguno han llegado a contabilizarse hasta 32.
Miauuuuuu
Los maullidos no son un lenguaje innato en los gatos, lo desarrollaron para comunicarse con los humanos y casi nunca lo utilizan entre ellos.
Huella dactilar
Los gatos tienen huella dactilar pero en su caso se encuentra en la nariz. No existen dos gatos con la misma nariz como tampoco existen dos perros. Al igual que nuestra huella dactilar del dedo índice es exclusiva, el dibujo que se aprecia en ella y sus hendiduras es única en cada felino.
Danger, danger
La aspirina es un medicamento completamente tóxico para los gatos, nunca dejarla a su alcance.
Tricolores
Los gatos con pelo de tres colores diferentes generalmente son hembras. Eso sí, son bastante difíciles de encontrar ya que esta singularidad se debe a una anomalía cromosómica.
¿Tan a gustito?
No es cierto que los gatos ronroneen siempre porque están a gusto o felices, también pueden hacerlo porque están enfermos, asustados o de parto (como una forma de tranquilizarse).
Marcando territorio
Los gatos son animales muy territoriales y, por lo tanto, los auténticos dueños de la casa.
Poco golosos
Los gatos y los felinos en general no detectan los sabores dulces debido a una mutación genética que vuelve inútiles los detectores del azúcar en sus papilas gustativas.
Ven en color
Aunque durante mucho tiempo se creyó que los gatos tenían una visión monocromática los estudios más recientes demuestran que sí distinguen los colores aunque de forma limitada (de día distinguen el rojo y el azul pero no el verde, el amarillo y el blanco).