|| David Marcano Duarte || Fotos Rodolfo Gamarra.
Después de las primeras lluvias los puntos amarrillos en parques y plazas lucen su esplendor
Maravillados se encuentran los residentes de la ciudad de Maracay, estado Aragua, motivado a la majestuosidad del árbol nacional araguaney, con cuyo dorado colosal y su florecer deslumbra y embellece después de las primeras lluvias, así como los flamboyanes, las distintas calles y gran parte de las áreas del Parque Nacional Henri Pittier.
De acuerdo a lo manifestado por algunos ciudadanos consultados, el lucimiento de estos arbustos que florecen una vez al año en el país, generalmente entre abril y mayo, es señal de cambio de estación. Para otros realza la venezolanidad y la identidad nacional “porque es el árbol que simboliza naturalmente lo que somos como país”, dijo Natalia Moreno, vecina del sector Caña de Azúcar en el municipio Mario Briceño Iragorry.
Por su parte, Carlos Ramírez, habitante de la zona norte de Maracay, destacó que el florecer del araguaney le despierta el interés de amar aún más la naturaleza, ya que propicia el encuentro de familias enteras que se toman fotografías bajo la sombra de las flores amarillas que regala.
También hizo mención de la importancia de retomar la conciencia en las nuevas generaciones de ciudadanos para la conservación de nuestro parques, plazas y áreas verdes que se encuentran a lo largo y ancho de las calles por donde vivimos.
En mayor peso en el parque nacional aragüeño, que además de ser el principal pulmón verde de la zona central del país, es epicentro de flora y fauna única en Suramérica.
